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Dos semanas habían pasando perfeccionando su plan maestro, semanas llenas de despedidas y promesas que se veían incapaces de cumplir. Amelie se pasaba todo su día junto a Julie, y por la noche o cuando la chica estaba en el colegio aprovechaba para estar con los chicos.

Habían discutido millones de veces qué harían cuando el tiempo se les terminara e imaginaron qué habría del otro lado. ¿El paraíso? ¿El infierno? ¿Un lugar neutro? ¿Oscuridad eterna? ¿Sentirían algo? ¿Cómo sería cruzar? ¿Sucedería al instante o ellos podían elegir hacerlo cuando estuvieran listos?

Especularon por demasiado tiempo y hablaron de tantas teorías que al final terminaron por abandonar el tema, pues Reggie ya se había asustado y Alex había empezado a preocuparse creyendo que volvería a llorar por la eternidad.

Finalmente llegó el gran día en que Julie and the Phantoms se presentaría en el Orpheum abriendo para una banda de rock alternativo Panic! At The Disco, la cual Julie les había enseñado y terminó por volverse la banda favorita de los fantasmas. Amelie se sabía la discografía entera y podía tocar en su guitarra I Write Sins Not Tragedies con los ojos cerrados.

A ese punto de su vida Amelie esperaba encontrarse con Brendon Urie antes del concierto, se había vuelto su nuevo artista favorito.

Pero antes de poder encontrarse con su ídolo primero tenía que asegurarse que iban a estar en el mismo espacio físico, por lo que allí estaba, la mañana antes al momento que cambiaría el curso de su no-vida para siempre, de pie a las afueras del Orpheum esperando con ansias la aparición de cierto fantasma skater con sedoso cabello y hermosa presencia.

Alex realmente se había encontrado uno bueno.

—¿Seguro que viene? —cuestionó Luke luego de haber estando esperando cerca de una hora y no tener noticias.

—Willie dijo que nos lo conseguiría, estará aquí.

—Si tu lo...

Amelie se vio incapaz de seguir hablando cuando una descarga la golpeó fuerte al mismo tiempo que al resto de los chicos. Había dolido, pero últimamente todas dolían lo mismo.

—¿Están bien?

Los cuatro miraron al quinto fantasma todavía con sus manos sobre dónde deberían estar sus corazones y una mueca de dolor en sus rostros.

—No es nada que no hayamos sentido antes —explicó Alex por el resto, dando un paso adelante. Los demás se quedaron en su lugar, dándole espacio al par—. ¿Cómo fue?

—Bueno cuando la banda telonera despierte se van a encontrar 200 millas fuera de Las Vegas sin oportunidad de regresar a tiempo.

—Y eso significa que allí arriba hay un promotor ahora mismo perdiendo la cabeza —apuntó Luke chocando su mano con la de Willie y riendo.

—Nah, esto es Hollywood, hermano. Estoy seguro de que están siendo muy profesionales.

—Gracias, Willie.

—Ya te lo dije, haría lo que fuera por ti.

Amelie estuvo a punto de soltar un muy inapropiado aww o algún comentario de comedia romántica que arruinaría el momento, pero los dejó ser, Alex y Willie merecían tener un último buen recuerdo del otro antes de dejar de verse para siempre.

El rubio pareció dudar de lo que iba a hacer, pero finalmente se decidió por abrazar a Willie y este le devolvió el abrazo quizás que más fuerte de lo que debía, aferrándose al joven Alex con todo lo que tenía.

Era triste, partía el corazón ver una despedida así, y casi que por instinto Amelie buscó al tanteo la mano de Luke hasta que pudo entrelazar sus dedos y sentirlo a su lado. El le sonrió y sin separar sus manos hizo una maniobra para poder atraparla en un abrazo por los hombros, el cual fue más que bienvenido.

 ✓ SECOND CHANCES ━ julie and the phantoms auWhere stories live. Discover now