Parte 1: Invierno del 98

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Draco y Harry se encontraban de pie ante Dumbledore en su oficina, ambos con moretones hasta en la médula, acababan de pelear al más puro estilo muggle, causando el doble de escándalo que una pelea normal, y lo peor, esta no era la primera vez que ocurría, y si se pudiera volver AUN PEOR, mencionaría que, de hecho, ya todos perdieron la cuenta de cuantas veces ha ocurrido esto.

"¿Saben que es lo que más me molesta?" El tono de voz del director de Hogwarts dejó más que claro que no esperaba una respuesta "Que, aun teniendo magia a su disposición, se atrevieron a usar sus puños. Dentro de la mejor institución mágica, nada menos, una completa deshonra al espíritu de los magos. Si su deseo es lastimar al oponente, la hechicería le gana a cualquier instrumento muggle existente" Con su mirada de absoluto desprecio transformándose en una cruel y sádica sonrisa, apunto la vara de sauco hacia los dos estudiantes "permítanme mostrarles"

Esto ameritó un chillido de patético terror de parte de Draco "No se saldrá con la suya, viejo enclenque, se lo diré a mi padre y cuando él se entere-"

"Cruci-"

El hechizo que Dumbie estaba a punto de aplicar sobre los alumnos fue interrumpido cuando la pantalla plasma de la oficina de Dumbledore se encendió automáticamente mostrando el escudo escolar y su fénix emitió una voz, una voz que el director conocía muy bien, pero que nunca estaba de humor para escuchar. La voz de su elfo doméstico: Pirítipio

"Amo Dumbledore, tenemos problemas, el Ministerio de Magia finalmente quiere ha cumplido su amenaza de usarnos como escudo humano... escolar, no, ¿institucional? O quizá lo correcto sea decir-

"Silencio" Ordenó Dumbie, cada palabra emitida por el elfo le hacía desear desarrollar sordera, su voz era aguda. No solo él, Draco sentía que sus chillidos eran casi como los de las mandrágoras, y Harry sintió cada palabra como un martillazo al cráneo, casi le hizo desear que Dumbledore disparara el cruciatus en su lugar. "Explica de la manera más breve posible, ¿Qué es lo que ocurre, elfo?"

"entendido, amo, la situación es esta: recientemente, el Ministerio de magia de la nación inglesa ha realizado un llamado en el cual ordenaba que, a través de cualquier medio necesario, detuviera la amenaza que se transmite actualmente en las noticias, ya que ellos declararon su nulo interés en cuanto a la resolución del percance actual refiere"

"Muestra dichas noticias, entonces" Lo hizo apropósito, tenía que ser, el condenado elfo nunca usa un lenguaje tan complicado, y desde luego que era consciente del daño psicológico que su voz provocaba. Tras la tortura que fue escucharlo dar su reporte, Dumbledore apenas podía mantenerse de pie, volteó a ver a Harry y Draco y, para su completa ausencia de sorpresa, ellos ya yacían inconscientes, bien.

La pantalla dejo de mostrar al horrendo rostro élfico para cambiar a una imagen distinta, una que también era horrenda, pero más que nada por su significado intrínseco, Cornelius Fudge finalmente haría su movida, el hecho de que estuviera hablando peste de él ante los medios ya decía más que suficiente. Pero eso no era lo que le molestaba, sino lo que estaba diciendo en ese preciso momento:

"...Pero los ciudadanos no tendrán nada que temer, ya que tengo un infalible plan en mente" Dijo al mismo tiempo que reía maniacamente ante las cámaras "Ya lo verán, será la mejor sorpresa navideña"

Luego de las palabras de Fudge para la prensa, se realizó un corte, y una reportera ahora daba paso al reporte del clima. Ahora Dumbie estaba sudando como cerdo en olla hirviendo y su respiración estaba a 100 por hora.

"Señor, llamada entrante de su contacto: El ministro papanatas" dijo el fénix con voz loquendo.

"A-a-a-a-a-a-a-a-a-adelante"

Ante él, apareció el malévolo rostro de Cornelius Fudge, mostrando una mirada de maliciosa satisfacción "Hola, Dumb" Dumb no tenía respuesta ante tal declaración "se te ve algo pálido, amigo mío" Esperando una respuesta por parte del director anciano, se recargo en la mesa que tenía frente a él.

"¿Qué ocurre?" Dumbie trataba de aparentar que mantenía la compostura, pero el temblor, el sudor, la palidez de su cara y el hecho de que sus ojos estaban abiertos al límite posible, lo volvía poco convincente. "¿Qué quieres que haga?

"Creo que ya lo oíste, mi estimado, tendrás el honor de detener la invasión alienígena" Fudge hablaba de esto como si fura el tópico más casual a discutir en un día de verano a las 03:00 pm

"¡¿QUE?!"

"Correcto, también requiero que, de algún modo, no me importa cómo, hagas llegar la factura a nuestro amigo del norte, ¡Santa!

"¡¿QUE?!"

"A continuación te envío los detalles, ¡que pases excelentes fiestas, Dumb" se aseguró de hacer énfasis en el "Dumb" y luego realizó una seña en la que cerraba el puño y pasaba el dedo pulgar por su cuello, cortando la transmisión, dejando estupefacto al mismísimo Albus Dumbledore.

Antes de que pudiera reaccionar violentamente, como era su intensión, el sonido de un papel en proceso de impresión llenó la sala, distrayéndole de su destructivo objetivo. El origen de dicho sonido era el mismo fénix que transportaba la voz del elfo doméstico, solo que ahora cumplía con una tarea distinta: imprimir las órdenes de Fudge directo de su boca.

Tras pasar los tres minutos habituales en los tarda una impresión en Hogwarts, Dumbie tomo el papel para ver lo que le deparaba. Las órdenes eran claras, pero no importaba que tan bien se explicaran los detalles, todo resultaba un sinsentido a los ojos del director.

En primer lugar, ¿Desde cuándo Santa tiene tanta relevancia dentro del gobierno mágico de Inglaterra como para que a Cornelius le importe tanto?, se sabía que al gobierno muggle le importaba ese sujeto, pero Dumbledore jamás imaginó que llegarían al punto de defenderlo a capa y espada ante algo tan grande como un ataque alienígena; lo cual lleva al segundo punto, ¿Alienígenas? La carta dejaba muy en claro que se en efecto se refería a seres de otro planeta, Venus, para ser específicos, dejando de lado que eso de por sí ya era una completa locura, ¿Por qué Cornelius actuaba tan tranquilo ante tal revelación? ¿Cuántos secretos oscuros conocía el ministerio? Y más importante ¿Por qué le tenía que ocurrir esto a él en víspera de Navidad? Simplemente era injusto, a menos que pudiera hallar una forma de hallar algo que lo compensara, lo que fuese, pero que detuviera ese sufrimi-

Un momento, pensó Dumbledore, una idea le llegó a la mente, Harry y Draco podían compensar su error, si fallaba en realizar el plan que se formaba en su mente, la escuela lo pagaría caro, o aún peor, él mismo; pero si lo lograba... la expresión en la cara de Cornelius Fudge resultaría invaluable. Cuando se trataba de una figura pública tan reconocida como el ministro mágico o lo que el infeliz fuese, atacar directamente con daño físico o atentar contra su lugar de trabajo (cosas que consideró seriamente en el pasado) resultaba infructífero al final del día, pero una humillación pública como la que tenía en mente definitivamente lo destruiría y todos los años de rivalidad cerrarían con broche de oro.

Solo había un problema con ello, de hecho, tres, pero juntos hacían una amalgama de componentes compatibles.

Una vez Voldemort fue derrotado, ya no había necesidad de Harry (Pero que extraño, Líbernet, por más que busque, no hay mención sobre como derrotaron a ese tal Lord Voldemort). Por lo que ahora solo era un mocoso inútil y solo los Weasley lo toleraban

Draco, cuyo único papel en Hogwarts era ser el rival de Potter, resultaba igual de inútil que el anterior mencionado, solo que sumándole rico, pedante y malcriado a la horrenda mezcla.

Obviamente, el par de tarados no lo lograría por su cuenta, así que necesitarían ayuda de un docente, y el único docente al cual estaría dispuesto a sacrificar era Lockhart, y ¿Cuál es el adjetivo que mejor describe a Lockhart? Adivinaron, otro inútil.

Sin embargo, si los tres muriesen en el intento, se desharía de las más grandes pestes que la escuela tenía actualmente y podía no hacerse responsable por ello, solo tendría que tomar las riquezas de la escuela y fugarse de Inglaterra, cosa que podría hacer cualquier día. Ya sea que la escuela pereciese o triunfase, Dumbie saldría ganando de igual manera, así que... ¿Por qué no? 

Harry Potter y el trineo de VenusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora