Una flor para otra flor 🌹

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Reino de Bosnia

17 octubre 1796

Narrador omnisciente:

Los meses pasaron de forma increíblemente rápida. La reina había desposado al padre de Miles en una ceremonia enorme e importante, hacía ya unos años. Estos parecían ser bastante infelices ante su unión, ya que fue por conveniencia y no por amor. Algo que sin duda a la reina le incomodaba.

Por su parte, los niños cumplieron su promesa y cada tarde, a eso de las 6:30 pm antes de que anocheciera, se adentraban en aquel hermoso prado en cual tenían una hermosa y perfecta vista dirigida hacia el cielo. Aquel lugar, su lugar especial, les permitía tener una perfecta vista de aquellos curiosos puntitos blancos los cuales adornaban de forma simultanea el oscuro cielo. A raíz de sus simultáneos encuentros, ambos hermanos comenzaban a sentir cierta cercanía el uno al otro. No solo eran hermanos, eran mejores amigos, compañeros, cómplices el uno del otro, en algunas ocasiones peleaban como todos unos niños inmaduros pero de igual forma lo sabían resolver.

-¡Miles! Te he dicho que no agarres mis cosas y mucho menos cepillo. ¡Te voy a matar!- gritó la princesa desde su habitación.

-Usted disculpe su alteza, mi hermoso cabello lo exigía y necesitaba.- respondió de vuelta, con la intención de molestar a su hermana. Aquello era lo que más lo entretenía.

-Tu y tu tonto cabello. No lo vuelvas a tomar y tráemelo de vuelta ahora.-

La reina desde su habitación escuchaba entretenida la conversación de los pequeños. De vez en cuando soltaba una que otra carcajada, algo que a Quint le molestaba excesivamente.

Ornella's POV:

Estaba terminando de arreglarme para una reunión que íbamos a tener mi esposo y yo con los gobernantes de uno de los reinos cercanos a Bosnia. A lo lejos podía escuchar a Anna y a Miles discutir de una forma algo pasiva. Me hacía muy feliz el hecho de que mi hija tuviera alguien que la acompañara incondicionalmente. De vez en cuando reía levemente.

-Vaya, Ornella. Tan solo te ríes de las estupideces de nuestros hijos, en lugar de ir a ponerlos en su lugar.- habló Quint desde el otro extremo de la habitación, terminando de acomodarse el traje.

-No veo que sea necesario, querido. En realidad los niños se portan muy bien, toma en cuenta que aún son pequeños.- dije restandole importancia al asunto, mientras me ponía mis reconocidos aretes de plata.

-Si esos mocosos estuvieran bajo mi cargo, otra cosa sería. Serían niños hechos y derechos, no unos inmaduros malcriados.- murmuró mirándome.

-De eso no me cabe la menor duda.- me voltee a mirarlo.

-Pero tu insistes en mantenerlos en el régimen de educación de Anna. Yo no quiero que Miles sea un marica fracasado...- lo interrumpí.

-Basta Quint.- lo callé.

-Con unos buenos golpes el y Anna se corregirán. Así no terminarán siendo unos débiles buenos para nada.... como tu.- lo abofeteé.

-Escúchame bien. Que no se te olvide que yo soy tu reina, Quint. Y como tu esposa y tu reina, te prohíbo que siquiera te atrevas a tocar a los niños. ¿Entendiste?- de pronto sentí un impacto bastante fuerte en mi mejilla el cual me terminó dejando en el piso. Llevé una mano a la zona donde recibí el golpe.

-¡Miles no es tu hijo! Y va a ser educado de acuerdo a mi régimen y como me convenga a mi. Y te aclaro una sola cosa, el futuro rey de este estúpido pueblo será Miles, por ser hombre.- exclamó agachándose a donde yo estaba.

Will you be my queen? 🌹 (MILES FAIRCHILD)Where stories live. Discover now