Jugando con fuego (FanFic de Marina - Carina y Maya)

2. Desnuda y sola.

Pov Carina

Abro la puerta y la invito a pasar. La luz del bar me deja ver con más detenimiento a la contraria, hasta ese momento la oscuridad no me había permitido contemplarla de esta forma, aunque igual en el desconocimiento me pareció hermosa.

Era una chica rubia, debería tener cerca de treinta años. Tenia unos rasgos realmente atrayentes, y sus ojos llamaban la atención de cualquiera. No podría decir cuál era el color exacto, tenía algunos matices celestes, con partes más turquesas llegando al borde. Tenían una profundidad inexplicable, pero me dan la misma sensación de tranquilidad que cuando veo el mar. Por su parte, su cuerpo tampoco se quedaba atrás, tenía una figura inigualable, probablemente al ser capitana en la estación de bomberos debería ir seguido al gimnasio.

Me estás desnudando con la mirada y me encanta, pero no voy a llegar a tu casa si sigues así - Se ríe de su propio comentario y sujeta mi mano para que pueda reaccionar y salir con ella.

Queda por allí - le señaló la cuadra a la izquierda y comenzamos a caminar en esa dirección

En la mitad del camino se detiene en seco y mira al cielo asombrada. La veía un poco pasada de copas, así que mi primer pensamiento es que posiblemente se siente mal o este mareada - Sucede algo? Estas bien? - pregunto acercándome con cautela

Hace mucho que no está despejado de noche - señala con una sonrisa el cielo - se pueden ver las estrellas, son hermosas. Sabes? Podría mirar por horas el cielo, esa infinitud que le caracteriza, tengo el presentimiento que quien se encuentra allá, si es que hay algo allá, es alguien que está siendo feliz - su tono se tornó un poco triste - perdón, cuando bebo a veces hablo de más, no te sientas mal por no saber responder

Era cierto, yo no tenía absoluta idea de qué responder a eso, ella no parecía del tipo de persona que se detuviera a ver el cielo, aunque era un rasgo nuevo que me llamo la atención e incluso me agradó.

Nunca culparía a nadie por mirar el cielo, así que no hace falta que pidas perdón - ella comienza a caminar nuevamente, y a mi solo se me ocurre seguirla.

No te pongas cursi igual, que solo estamos para tener sexo una noche y listo - dijo en un tono frio, que incluso llegó a dolerme un poco, pero decidí ignorar el comentario y continúe caminando.

La rubia llevaba pasos torpes, así que me encargue de ir detrás por si en algún momento tropezaba o caía. Así fue durante la cuadra restante, hasta que finalmente llegamos a casa. Me adelante unos pasos y abrí la puerta, ella entró curiosa, mirando para todos lados como un niño cuando conoce un parque de diversiones por primera vez. Probablemente sus acciones estén dominadas por el alcohol, pero debo admitir que me daba ternura.

Me alejo un poco del comedor para dirigirme a la cocina, saco dos copas y las lleno de vino tinto. Vuelvo a la sala y la veo sentada en el sillón, me acerco y le otorgo una de las copas.

Oh, ya veo, me quieres aún más borracha - dice entre risas - que linda casa por cierto

Me pareció inapropiado darte otro beso de una, así que el vino es la entrada del postre - Yo también tenía ya demasiado alcohol así que deje mi trago en la mesa ratona que estaba a un costado. Me recuesto en el sillón, en el lado contrario al que ella estaba sentada, y la miro dejar su copa también. Al volver, casi de manera natural, ella se recuesta a mi lado y me da un tierno beso en los labios. Comienza a acariciar con su dedo índice mi cara. Siento cosquillas cuando toca mi mentón, así que arrugo mi cara, ella se ríe y acaricia ahora mi pómulo, traza un camino por mi nariz, y se dirige a la mejilla contraria, asciende nuevamente y recorre mi frente. Repite los movimientos varias veces, como si fuera una niña que no se aburre de hacer siempre lo mismo, yo la detengo y entrelazo mis dedos con los suyos.