Jugando con fuego (FanFic de Marina - Carina y Maya)

14. El sueño

POV Maya

Al pasar esa puerta nuestras manos se entrelazaron, como si estuvieran buscando una comodidad conjunta a la que ya se acostumbraron aunque eso no fuere costumbre. Ninguna de las dos negó ese deseo, así que de la mano recorrimos el corto pasillo que separaba la entrada de su habitación. Mi brazo izquierdo estaba acomodado en su espalda, incluso aunque se veía capaz de caminar, no quería correr el riesgo de que algo le pasara, así que sostenerla de esa forma parecía la mejor opción. La mezcla perfecta entre cuidarla y darle libertad para no hostigarla.

Llegamos con pasos lentos, ella se recostó con un cansancio que ya le era imposible de disimular - ven, por favor - bajó lentamente su rostro y me mostró unos ojos vidriados que suplicaban incluso más que sus palabras

No pude negarme ante tal petición, ella finalmente se veía totalmente rendida, no solo a su estado febril, sino a la posibilidad de querernos. Asentí con una sonrisa y me senté a su lado - tranquila, acá estoy - aseguré mientras acariciaba con delicadeza su cabello y me posicionaba en una de las almohadas, dando leves palmadas en mi pecho para que ella se pueda recostar como solía hacerlo

Señaló la mesita de luz que estaba de mi lado, había un termómetro que enseguida le alcancé - gracias, ahora sí - lo encendió y se lo colocó en su axila, luego apoyó su cabeza y parte de su torso sobre mi, dejando que mis dedos recorran por su cabellera. 

El sonido del aparato nos rompió la armonía que habíamos decidido instalar, fui yo quien decidió tomarlo ya que ella no parecía muy complacida con la idea de moverse, y en verdad no era algo que yo quisiera que haga tampoco - en serio esta alta, no tienes algo para tomar? - se lo alcancé para que le diera una mirada rápida, respondió con un suspiro, entrecerrando sus ojos con cierta bronca.

Volvió a señalar a un costado de donde lo había hecho anteriormente, había una caja con ibuprofeno, yo amagué a alcanzarlas pero ella me detuvo - no, ya tomé, ahora solo queda que me haga efecto - con mi pulgar recorrí la anatomía de su nariz, la cual estaba un tanto enrojecida - no te preocupes, estoy bien - probablemente buscaba reconformarme luego de ver mi cara alterada

Sus ojeras estaban violáceas, no me gustaba el color que se había concentrado allí, tampoco lo arrugado que se encontraban sus ojos - vamos al médico, no tenes muchos amigos doctores? - me respondió con una carcajada forzada que me reconfortó bastante.

Negó con la cabeza y volvió a acurrucarse sobre mi, dejándome sentir su respiración acalorada cerca de mi cuello - estoy en el mejor lugar en el que podría estar - indico con un hilo de voz, el cual demostraba una timidez inusual que nos inclinaba, cada vez más, a un ambiente de mayor confianza.

Una brisa proveniente de la ventana abierta hizo que la italiana sufra un leve temblor, supuse que era el frío que invadía su cuerpo, se le notaba en la piel sus pelos erizados y sensibles - hey, tienes frío? - ella asintió con un nuevo escalofrío, está vez más acentuado. Con gran dificultad alcancé una manta cercana y la arrojé sobre nosotras, pero ella había comenzado a tiritar con movimientos constantes - voy a cerrar la ventana, ya vengo.

Logré removerla de donde estaba cuidadosamente, con el objetivo de levantarme. Por su lado, indefensa, solo acudió a acurrucarse y hacerse chiquita en el medio de su enorme cama, tapada hasta la cabeza  - me hubieras dicho que te sentías tan mal Carina - comente mientras comenzaba mi camino hasta la ventana, que quedaba a tan solo unos metros, intentando ser lo más rápida posible.

Asomo su cabeza hasta la nariz, solo para poder dejarme ver sus ojos, los cuales incluso en su estado lucían hermosos - lo lamento, en serio no quería... - no termino la frase, solo se tapó con la almohada impidiendo que pueda llegar a saber lo que su rostro tenía para transmitir.