Capitulo 14 - ¿No volverá a la normalidad?

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Capitulo 14 – ¿No volverá a la normalidad?

Alma abrió sus ojos miro a su lado y allí estaba, durmiendo tranquilamente. Alma quitó el brazo de Tomás que rodeaba su cintura, lentamente para que no despertase. Luego se fue al baño a darse una ducha. Todo parecía haber vuelto a la normalidad y eso eran muy buenas noticias. Al salir de la ducha Tomás la sorprendió parado en frente de ella. Alma tomó la toalla y se cubrió. Tomás estaba inmóvil.

-¿Mi amor? ¿Pasó algo? –preguntaba un poco extrañada. Tenia la misma mirada que la vez que la atacó, Alma lo notó pero no quería intentar nada para que él no se pusiera violento.

-¿Sabias que eres muy bonita? –dijo él con un tono en su voz muy extraño.

-Mi amor, ¿quieres que salgamos? –preguntó Alma que se estaba poniendo muy nerviosa.

-Ese vestido te queda muy bien… -en ese momento se dio cuenta que de esa manera le habló el indigente que quiso propasarse con ella. Además en este momento ella no tenia ningún vestido. Estaba totalmente desnuda con solo una toalla que cubria su cuerpo- Ven, no tengas miedo, no te haré nada malo –dijo mientras se acercaba. Alma intentaba alejarse pero ya no podía no tenia otra opción que entrar nuevamente en la bañera.

-Mi amor, por favor. Me estás asustando… -decia ella con su voz quebrada.

-Te verias mejor sin ese vestido –decia sonriendo de una manera terrorífica.

-Por favor… -Alma sentía que volvia a vivir ese momento en el que ese hombre intento abusar de ella pero la diferencia y lo peor era que esta vez no le podía pedir ayuda a Tomás porque era él quien quería atacarla.

-Esta vez no te me vas a escapar –Tomás termino con la distancia que los separaba- A ver, déjame sacarte ese vestidito –Alma lloraba pero no se resistia porque no quería que se violentara- Mmmm… -Tomás logró dejar caer lo único que cubria el cuerpo desnudo de Alma- siempre soñé estar con una mujer así… -dijo mientras la besaba y tocaba bruscamente.

-Tomás… por favor te lo pido… -lloraba desmoronándose.

-Deja de llamarme así –dijo en tono de enojado.

-Está bien, está bien. –dijo Alma tratando de no contradecirlo porque no quería morir.

-Dejame disfrutarte. Que linda fantasia hacerlo aquí en el baño ¿no? –Tomás la miraba esperando una respuesta afirmativa de ella pero ella no decía nada- ¡¿no?! –levantó el tono de su voz.

-Si, si –dijo Alma mientras cerraba los ojos dejando caer una lágrima detrás de otra.

-Ven… -dijo extendiendo su mano Alma se la tomó.

-¿Dónde vamos? –dijo temblando.

-Quiero que lo hagamos en tu cama. Ya no quiero hacerlo aquí –dijo tirando del brazo de Alma llevándola fuera del baño. Al llegar a la cama, Tomás la obligó a que se acostase. Alma se sentía humillada, si intentaba taparse él se molestaría. Luego él se puso sobre ella. En ese momento escucharon el ruido de la puerta cerrarse, era la puerta de entrada a la cabaña.

-No digas nada –Al mismo tiempo Alma intentó gritar pero Tomás logró taparle la boca con una de sus manos.

-¿Alma? –era una voz masculina.

-¿Daniel? ¡Daniel! –intentaba llamarlo con gritos sordos porque Tomás los amortiguaba. Daniel llegó a la puerta de la habitación y tocó antes de entrar. Al abrir vio a Alma recostada abrazada forzosamente a Tomás. Notó la sonrisa falsa de Tomás.

-Amigo, ¿Qué sucede? ¿buscabas a Alma? Como ves, aquí está conmigo.

-¿Alma, puedo hablar contigo?

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