Capitulo 23 - Escapa, que te perseguiré

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Capítulo 23 – Escapa que te perseguiré

-Alma! Llamaremos a la policía! Sólo espera 5 minutos –intentó calmar la situación Amanda.

Alma no sabía qué hacer, miraba a su alrededor y se dirigió a la alacena. Buscó en los cajones algo con qué poder defenderse, encontró cuchillos, tomó el más grande y esperó a que esa mujer apareciera.

-No te tengo miedo! –en realidad se lo dijo a ella misma intentando convencerse.

-Tú también tendrías que haber muerto –se escuchó una voz desde el living.

-Quieres matarme? Eso es lo que quieres? Yo no te he hecho nada a ti! –gritó acercándose lentamente a la sala de living con cuchillo en mano.

Inesperadamente la mujer se apareció y fue hacía Alma a una velocidad espeluznante, que no dio tiempo a Alma a reaccionar. Se miró las manos, una con el cuchillo, y vio que no le había ocurrido nada pero de inmediato vio todo negro.

Despertó y vio que estaba en un bosque, un hombre de blanco la tomaba en brazos, ella lloraba no entendía la situación. Que hacía en el bosque? Y esos hombres?

-Debemos buscarle un hogar –el hombre de blanco le decía a otra persona que ella no lograba distinguir. Ella por una razón desconocida no podía hablar.

-Pobre niña –escuchó a una mujer también de blanco.

-Cómo habrá sobrevivido? –preguntó el hombre de blanco.

-No lo sé, es un milagro –respondió la mujer.

Rápidamente estaba en el hospital, la examinaban, la trataban con mucha amabilidad pero ella seguía sin poder hablar. Se preguntaba dónde estaban Amanda, Daniel e Ian. Se durmió y al despertar estaba en una casa grande, donde habían muchos niños. Ella no entendía qué hacía allí.

-Este será tu hogar por un tiempo –dijo una mujer vestida formalmente la llevaba tomándola de la mano. Caminaron hacía el interior de la casa, parecía como una institución. Subieron escaleras hasta llegar a una puerta que abrió la mujer que la acompañaba- Aquí está la pequeña –Una mujer con más edad se puso de pie y la miró.

-Oh, es preciosa, no durará mucho aquí… -dijo sonriendo. Charlaron entre ellas y Alma esperaba sentada en una silla más grande que ella. Luego la llevaron a una habitación con muchas camas. La hicieron recostarse y se durmió nuevamente.

-Despierta, princesa. Tienes que darte un baño, que hay unas personas muy lindas que quieren verte.

Luego de ya estar limpia y cambiada fueron nuevamente al lugar donde estaba esa señora mayor de edad pero estaba acompañada por dos personas, un hombre y una mujer. Ambos giraron y al verla sonrieron dulcemente.

-Alma! Alma! Estás bien? –abre los ojos y ve a Amanda y detrás Daniel e Ian con dos policías.

-Pero… -dijo débilmente.

-Alma, qué sucedió mientras nosotros intentábamos entrar? –preguntó intrigada Amanda.

-Puedo hablar…

-Claro que puedes hablar, Alma. Que le sucede oficial? –se acerca el oficial Salvatierra para inspeccionarla. Alma retrocede como puede, ese hombre le hizo mucho daño.

-No! Alejate de ella! –gritó Daniel.

-Que sucede aquí? –preguntó Ian desconectado.

-Esa mujer… esa mujer es mi madre.

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