Capitulo 9 - Confesión de Amor

2.2K 38 6
                                    

Capitulo 9 –Confesión de amor

-Pero ahora podemos llamar a alguien para que nos ayude –dijo esperanzada Alma.

-¡Claro! –Tomás sacó su móvil de su bolsillo pero vio que la señal seguía igual- Sigue sin señal, maldición.

-¡¿Cómo?! No puede ser… veré en el mio –Alma hizo lo mismo que Tomás pero su móvil tampoco tenia señal.

-¿Y?

-No… -dijo negando con la cabeza derrotada.

-¿Será que es un pueblo lejano de la ciudad? ¡Oh, por Dios! De tanto que caminos nos alejamos más de la cabaña… ¿y ahora?

-No lo sé… esto ya me está asustando…

-¿Por qué?

-¿Qué horas es?

-Las 4 de la mañana. ¡Ja, barbaro!

-No tendremos otra que buscar un hotel o algun lugar donde pasar la noche… esto me tiene muy estresada.

-Y si no hay de otra…

Caminaron por las calles de ese pueblo nuevo y misterioso, desconocido para ellos, hasta que vieron un letrero con luces de neón que decía “Hotel”. Ambos se miraron haciendo un gesto de “no hay otra opción” y entraron.

El hotel tenía un aspecto de descuido, era un lugar inhabitable pero no tenían otro lugar y fueron a la recepción donde habia una jovencita con aspecto muy contrario al hotel su cara era angelical. Tomás la vio de una manera que a Alma no le agradó mucho.

-Podrías disimular ¿no? –dijo Alma.

-¿Qué? –preguntó desconcertado.

-Nada… Disculpe, ¿hay habitaciones disponibles?

-Si, señorita. Hay dos, uno con dos camas individuales y otra con cama matrimonial.

-La de dos camas, por favor –dijo inmediatamente Alma. Tomás la miraba y empezó a reir- ¿De que te ries?

-¿Qué me tenes miedo que no queres que durmamos en una cama matrimonial?

-Ay por favor.

-Aquí tiene las llaves. ¿Me pueden decir sus nombres para así registrarlos?

-Alma Rivero.

-Yo Tomás Ferro –dijo en un tono y una mirada insinuante. La joven se sonrojó.

-Vamos –Alma lo haló del brazo bruscamente.

-Celosa.

-¿Celosa? ¿De que?

-Tranquila que soy sólo tuyo.

-Cállate por favor ¿si?

Llegaron a la habitación y cuando la abrieron era una completa pocilga.

-Ay por Dios, ¿Qué no hay servicio de limpieza aquí?

-Esto necesita una fuerte restauración. Las paredes parece que se van a caer.

-Esto es un asco…

-Pero ya alquilamos y ya pagamos por estar aquí…

-Y si… -dijo resignada.

-Tendríamos que haberle preguntado a la chica dónde estamos –comentó Tomás.

-Si… ya iremos más tarde.

-O yo voy ahora mismo… no tengo ningún tipo de problema… -dijo insinuante.

La CabañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora