Rebelión.

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Dedicado a JeanetteWells ¡espero que sea de tu agrado!

Rebelión.

Draco bajó los escalones con su nerviosa novia detrás. Habían tardado al menos veinte minutos por la actitud que había tomado de repente Hermione: se había quedado muda y se negaba a avanzar. Ella sabía que se estaba metiendo en un nido de víboras. No, de víboras no, de serpientes.

-Nada malo pasara. - Trataba de tranquilizarla, pese a que sabía que no era cierto. Sus padres iban a hacer todo lo posible para hacerla sentir incomoda. - Tú sólo no prestes demasiada atención a sus comentarios y actitudes.

Hermione frunció los labios pero no dijo nada. No era el mejor momento para hablar.

Llegaron al comedor, donde los señores Malfoy los estaban esperando en una larga mesa, repleta de tanta comida inimaginable. Su padre estaba como siempre: serio y con una pose rígida en su silla. Su madre, en cambio, mostraba una actitud de decepción en sus facciones. Su hijo los había enfrentado.

-Madre. - Saludó Draco ni bien se acercó a la mesa. Ellos estaban sentados en los extremos de esta última, por lo cual hizo sentar a su novia a su lado, y más cerca de su madre. Le inspiraba mayor confianza ella que él.

- Hijo. - Respondió secamente. Miró a Hermione cuando se ubicó a su lado y enarcó una ceja. - Granger. - Tuvo la modestia de decir su apellido. Hermione alzó la cabeza, tratando de no mostrarse ni cohibida pero tampoco desafiante. Esbozó una pequeña sonrisa y la saludó por su apellido, al igual que a Lucius. Ninguno de los dos se dignó a responder.

Los criados y los elfos domésticos comenzaron a moverse y a servirles. Hermione se sentía incomoda por ello, y cuando trató de servirse por ella misma, Draco le detuvo dulcemente la mano y negó con la cabeza. Lucius rió con maldad.

-Estarás acostumbrada servir, ¿no es así? - preguntó con un brillo en sus ojos. Hermione lo miró con mala cara y apretó el tenedor que tenía en su mano,

-Padre. - murmuró disgustado Draco. ¿En verdad podía ser tan inmaduro?

-No me espetes nada, muchacho. Pensé que había quedado todo claro la vez que fui al colegio. - comenzó a comer el plato principal pero hizo una mueca de asco. - ¡Con lo que habéis tardado se enfrió todo! Bien hecho, ahora no hay que comer.

-No seas así. - respondió escandalizada su esposa. No iba a defender a la sangre impura, pero tampoco iba a permitir que tratase a su hijo con tal actitud. - Como si no hubieras comido cosas peores en épocas anteriores. Come. - le ordenó, evitando la mirada de odio que le regalaba Lucius. Pero ni eso sirvió para que su esposo ingiriera comida alguna.

Draco se encogió de hombros, sin importarle las acciones infantes de su padre, y prosiguió a comer. Hermione lo imitó, llevándose la sorpresa de que aquella comida estaba riquísima.

-Madre, ¿hay alguna noticia que deba saber? - preguntó un desinteresado Malfoy pequeño. Narcisa paró de comer, con el tenedor suspendido en el aire, y lo miró divertida.

-Ninguna que te concierna. - respondió su padre, mirando a su hijo con incredulidad. ¿Dónde había quedado su muchacho, aquél que odiaba a los hijos de no magos? ¿Qué odiaba a los muggles? ¿Qué había hecho mal?

-No sabía que tú eras madre. Daba por sentado que eras hombre. - masculló Draco. Narcisa dejó escapar una leve risa, acción que hizo que Lucius perdiera los estribos.

- ¡Draco! - lo regañó. ¿Desde cuándo osaba dirigirse a él con aquellos modales? - Retira lo dicho, muchacho.

El joven lo miró desafiante, pero no dijo nada. No pensaba echarse para atrás. Eso no iba con él. Hubo una guerra de miradas fulminadoras en las cuáles ni Hermione ni Narcisa querían intervenir. La tensión estaba más que presente ahora, y Draco sentía que todo aquello iba irse al infierno.

El León y la Serpiente. [Draco/Hermione. Dramione. Harry Potter]Where stories live. Discover now