De Bailes y Mentiras.

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Antes que nada, muchas gracias por sus comentarios y ánimos! No estaba en mi mente seguir con esta historia, aunque si había pensado muchas veces en seguirla, nunca pensé en subirla. Pero ahora que sé que las gustó, la seguiré. Otra vez, muchas gracias! Son geniales!

De bailes y mentiras.

Draco volvió a mirar su reloj de bolsillo que le había regalado su padre. El baile ya estaba a punto de comenzar, y aún Hermione no se dignaba a bajar. ¡Mujeres! Con sus idas y tardanzas.

Suspiró una vez más y se apoyó en la columna de la escalera, esperándola como había estado esperándola hacía una hora atrás. Sus amigos le habían dicho que no bajara tan temprano, que las chicas siempre tardaban, pero él no les había hecho caso: Hermione no era como las demás. Y claro que eso lo tenía bien sabido.

Volvió a pasarse las manos por el pelo y se acomodó por quinta vez el flequillo. Vestía un esmoquin elegante- que había costado una fortuna- con unos zapatos a juego. A decir verdad, cuando le había informado a su madre que había conseguido pareja para el baile, ella al otro día le contestó con ese espectacular traje; el cual seguramente no se lo hubiese dado sí hubiese sabido que la pareja de su hijo era un chica de Gryffindor, y más aún que aquella niña era hija de muggles. Y mucho más aún si hubiese sabido que la chica era nada más ni nada menos que Hermione Granger.

Draco sonrió por su pequeño secreto. No le había dicho a nadie acerca de su cita. Aunque claro, a la hora de escoltarla, todo el mundo lo sabría. Y los mirarían; pero eso era lo de menos. A él le gustaba llamar la atención.

Y hablando de citas, comenzó a exasperarse y a plantearse seriamente sí ella iba a venir, sí el miedo la iba a acobardar y preferiría quedarse acostada leyendo cuantos libros sabe quién. Negó con la cabeza y trató de pensar en otra cosa. Hermione iba a llegar. Claro que sí.

Ubicó sus manos en los bolsillos del pantalón y alzó la cabeza cuando el bullicio que hacía la gente comenzaba también a molestarlo. Distinguió a Potter y a Weasley con sus parejas y evitó reírse miran do hacía otro lado. Mirando -específicamente- donde ahora miraban los otros dos con cara de embobados.

Y hubiese apostado que la suya debería haber quedado igual en aquellos momentos. En el momento en que vio a Hermione descender por la escalera con su bello vestido, que la hacía parecer completamente otra persona.

Muchos muchachos también se detuvieron a mirarla, y pronto el murmullo de las chicas comenzó a llenar todo el lugar.

Pero él no prestó atención a ninguna de esas cosas - bueno, tal vez un poco al hecho de que los chicos la miraban con ojos de nunca haber visto a una mujer-; él estaba petrificado mirando como ella sonreía.

Y caminaba.

Y aquello le encantaba. 

Simplemente le encantaba.

Ella se detuvo al pie de la escalera, observando a todo el mundo y sonriendo de manera tímida. La pareja de Harry, Parvatil, le sonreía y saludaba de manera grácil, mientras que Weasley solo la miraba con cara de perro rabioso. Ja, eso le pasaba por no haberla invitado antes.

Draco sonrió para sí mismo, pero luego frunció levemente el ceño al percatarse de como Viktor Krum miraba a su pareja de baile. Frunció un poco más las cejas al notar que Hermione le sonreía de forma glacial, y eso lo molestó de veras.

Bufó por lo bajo y se encamino a ella, con las manos aún metidas en los bolsillos pero con la cabeza en alto. Paso por al lado de Viktor Krum y evitó todas las miradas molestas de los demás presentes en el salón solo para enfocarse en Hermione, que ahora lo observaba desde el pie de la escalera con una tímida sonrisa en los labios.

El León y la Serpiente. [Draco/Hermione. Dramione. Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora