Diferentes pensamientos.

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Diferentes pensamientos.

Había pasado ya algunos días cuando ambos terminaron con su castigo. Habían quedado en ir de a poco, en ir mostrándose despacio ante todos: ambos no querían causar un revuelo.

Draco caminaba con superioridad, estando rodeado de Goyle, Crabbe y Pansy en todo tiempo, hecho que molestaba a Hermione: Pansy nunca le había caído en gracia, y mucho menos ahora. Pero lo último era confesarle eso a Malfoy: no quería quedar como la novia celosa.

Novia. Que bien sentaba aquella palabra; aunque claro, era algo ilógico y medio loco: ¿quién diría que, gracias a un trabajo de castigo, ambos ahora habían terminado juntos? Nadie lo iba a creer, y mucho menos ella, quién seguía teniendo los nervios y el miedo atroz por pensar que iban a decir los Malfoy y cómo iban a reaccionar. Estaba más que claro que no iban a aceptar a una sangre impura en su familia pero, la pregunta más importante era, ¿iba Draco a aceptarla por encima de los pensamientos de sus padres? Eso aún estaba en prueba.

La chica suspiró y abrió su libro en el Gran Salón, tratando de ayudar a su amigo Harry a buscar una pista sobre el huevo de dragón que había conseguido en el primer duelo. El libro no decía muchas cosas, salvo como cuidar y alimentar al nuevo pichón que iba a nacer.

-Esto es estúpido - pensó ella con aire de resignación. Apoyó su frente en la palma de su mano y siguió leyendo, pese a saber que no iba a encontrar nada útil.

Desde la otra punta del salón, Draco la miraba divertido. Aquella Granger que nunca paraba de estudiar; tal vez era hora de corromper un poco esa responsabilidad y manía suya.

Agarró otro bocadillo y se lo llevó a la boca, sin sacarle la mirada a Hermione, hasta que un comentario estúpido de Pansy lo hizo volver a sus compañeros.

-¿Qué has dicho? - preguntó enojado, alzando una ceja y mirándola fríamente.

Pansy de pronto calló y miro a sus compañeros, que le respondieron el gesto sin saber que contestar.

-Responde. - siseó el muchacho de cabellos dorados, incorporándose y acercándose a ella.

-Sólo he dicho que tendrían que mandar a Azkaban a todos los hijos de padres no magos: son una abominación.

Draco sintió su sangre hervir debajo de sus venas, al igual que su respiración se volvió más forzosa y sus manos se convirtieron en puños cerrados por contener la ira. Sí Pansy hubiera sido hombre, a ese punto ya estaría con el culo en el suelo.

-No vuelvas a decirlo, ¿me has escuchado? - acotó, más como modo de amenaza que como pregunta.

La chica asintió enérgicamente con la cabeza, sin dar crédito a lo que sus oídos acababan de escuchar. Se incorporó rápidamente de su lugar y se marchó de allí, dispuesta a comentarle aquello a Snape. Qué los Dioses la perdonen: pero ella temía por Draco, vaya uno a saber si no estaba bajo los efectos de alguna pócima al decir aquello.

Malfoy la miró hasta que la perdió de vista, y luego volvió a concentrarse en Hermione, que no se había percatado de nada. Sonrió ante su inocencia y siguió con su bocadillo, mientras sentía las miradas molestas de Crabbe y Goyle.

-¿Y a ustedes qué? - preguntó molesto. - ¿Se les ha perdido algo?

Ellos negaron con la cabeza y la mantuvieron gacha en un silencio sepulcral. 

-Mejor así - pensó Draco, orgulloso del poder que causaba en sus amigos.

Habían pasado ya varios minutos cuando, de pronto, Viktor Krum apareció por el Gran Salón, atrayendo las miradas de todas las chicas presentes. Draco frunció las cejas y se fijó en la actitud que tomaba su novia: ella seguía con la vista en el libro, hasta que él se dignó a sentarse a su lado y a entablar conversación con ella.

El León y la Serpiente. [Draco/Hermione. Dramione. Harry Potter]Where stories live. Discover now