Fue una idea estúpida.
Will estaba paralizado, luego me agarró de la cintura y me besó. Movió sus labios y dejo que mi lengua entrara en su boca.
Me acerco más a él, la idea de vengarse se le fue de la cabeza. Un "Hurra" por mi.
Mi espalda tocó la pared, Will movió sus manos por mi estómago. Quiso subir más arriba, pero lo detuve.
-Will -susurré, pero él siguió besándome.
En lo unico que podia pensar era; sus labios eran suaves.
Me separé de Will, él tenía sus ojos cerrados.
- ¿Me perdonas? -pregunté inocente. Will abrió sus ojos, tenían un brillo muy hermoso.
-Claro -sonrío. Bueno...eso fue fácil. ¿Se imaginan la cantidad de bromas que le podría hacer sin obtener una venganza de su parte?
Sonreí y besé su mejilla. Luego corrí hacia el salón.
Cuando llegué a casa, mi mamá y Marie estaban hablando.
- ¿Y tu novio...ese tal William?
Eso me interesaba, me senté en la sala de estar. Ella estaban en la cocina.
-No...no se llama así, es Christopher.
- ¿Entonces por qué me dijiste que se llamaba William?
-No lo sé.
Yo sí lo sabía, iba a salir con mi cita. ¿Qué mejor que mentir?
- ¿Lo traerás a casa?
-Yo...no lo sé.
- ¡Mackenzie! -gritó mi madre, haciendo sobresaltar.
Me levanté del sillón y fui.
-Hola mamá.
Saqué una manzana.
-Hoy te pondrás ese vestido rojo que tienes, quiero verte como una chica.
Eso debería haberme ofendido. Pero viniendo de ella, me causaba risa.
- ¿Y por qué quieres que me vista como chica?
-Porque los Kerrington nos invitaron a cenar.
Oh no.
- ¿Qué? No, no, no.
Miré a Marie, tenía una sonrisa en su rostro. Hija de la gran fruta, bastarda de mierda.
-Sí, sí, sí. Estaremos lista a las diez y un cuarto.
-Okay -me di media vuelta con mi manzana. Subí a mi habitación.
Busque el vestido, joder. Era demasiado corto. Y tendría que depilarme. Hijo de puta.
Al instituto iba con medias, y no me había depilado hace tres semanas.
Joder. Rose entró a mi habitación.
-Oye... ¿Tienes ese vestido negro?
-Rose... ¿Tienes cera depilatoria?
