Capítulo 6

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Mi primera impresión fue: ¿Qué mierda hace aquí? La segunda fue: Esta tan bueno. Y la tercera fue: mirar con odio a todas las chicas que miraban con deseo a Nathan. Estúpido lo sé.

Se suponía que Nathan estaba en el otro salón. ¿Por qué se cambió?

- ¿Qué hace aquí? –me susurró Anna.

-No lo sé.

Mire como se sentó junto a Clarissa. Ésta se sonrojo. Mire a todos los que estaban en el salón, nuevos chicos y chicas. Los de último año somos cuatro cursos por así decirlo. Está el A, D, C, H  nosotros somos el D. estoy explicando esto para que no se confundan. Marie está en el salón A. Rose en el salón C, y se suponía que Nathan estaría en el salón H. Pero el hijo de puta se cambió y no sé el porqué.

-Y quiero que se junten en pareja para hacer este trabajo, ya saben…está será la primera nota que tendrán –dice el profesor y nuevamente se interrumpe por la puerta que se abre.

Entran dos chicos, a uno lo reconozco rápidamente, al otro no. El primero tiene esa sonrisa de “Sé que soy irresistible” y el otro muy parecido a él, tiene también esa sonrisa. Pero más pícara.

- ¿Sr. Kerrington estas son horas de llegar?

-Lo siento profesor, estábamos buscando el salón, ya sabe.

-Tomen asiento en silencio.

Seguí con la mirada a Kaidan y al otro chico mientras toman asiento al otro lado del salón.

La chicas mirándolos coqueta, y sonriéndoles.

- ¿Por qué miras tanto a Kaidan? –me pregunta Anna en un susurro.

Desvié mi mirada de Kaidan hacía Anna, la cual subía y bajaba las cejas de forma insinuante.

-Estúpida.

La clase pasó y el receso llegó…sí muy inteligente de mi parte decir eso.

- ¡Mackenzie! –gritó una voz familiar, demasiado familiar. Comencé a caminar hacía la cafetería.

- ¡Mackenzie! –Volvió a gritar, comencé a caminar más lento- Mackenzie… ¿Podemos hablar?

-No Nathan, no quiero hablar contigo. Y te dije que no me hablaras y no me buscaras. ¿Cuál parte no entiendes?

Nathan se adelanta y se queda mirándome, yo no sigo caminando. Y lo miro con el ceño fruncido.

- ¿Qué diablos haces? Déjame caminar.

-No, tenemos que hablar, tenemos que solucionar lo nuestro.

Mackenzie  MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora