Llegué al instituto con Kaidan, el cual me contaba de su ligue.
- ¿Recuerdas a Cassie? -me preguntó, asentí.
-Me dijo algo extraño -lo miré para que continuara- De que tú tenías una enfermedad de transmisión sexual.
Esa pequeña broma de Mackenzie me iba a perseguir por siempre.
Suspire frustrado.
-Está loca -le dije, Kaidan rio
-Pero no te preocupes hermanito, yo la hice gritar anoche.
Hice una mueca.
-No puedo creer que te la tiraras, esta loca y obsesionada.
-No lo creo...ya le dije que era solo sexo.
-Pensé que tenías algo con Rose.
-Ella no quiere nada conmigo.
Fruncí el ceño. Su voz sonaba rara.
-Oh, no -me reí- ¡TE HAS ENAMORADO!
Me reí. Mientras Kaidan se sonrojaba.
- ¡Cállate pendejo!
Seguí riendo.
- ¡Somos de la misma edad, imbécil!
-Igual, te gano por minutos.
Esta discusión era...de todos los días.
-Eso no es cierto, mamá dijo que yo era el mayor.
Todos pensaban que Kaidan era mayor, porque se veía más "maduro", maduro mis bolas. Aún pelea con Juls.
-No, mamá dijo que yo era mayor.
Esta discusión no acabaría hasta que uno se rindiera.
-Buena suerte, pendejo-le dije, Cassie venía hacia Kaidan con una sonrisa.
Escuché a Kaidan maldecir.
Entré a la cafetería y vi a Mackenzie con Anna.
-Hola chicas -saludé con una sonrisa.
-Hola -me saludó Anna.
Miré a Mackie, ella bajó su mirada a su comida.
Esto es raro. ¿Qué le pasa?
-Uhm...yo, tengo que irme.
Me di media vuelta y salí de allí.
Una chica se me acercó, era la chica de ayer.
-Hola William -esa chica tenía algo con mi nombre. Lo decía como "follame".
-Hola.
Quité sus brazos de mi cuello y seguí caminando.
Mackenzie me estaba ignorando.
Ella estaba enojada conmigo por algo. Oh dios no.
¿Ella se dio cuenta que me comí su Nutella?
No, no creo.
Oh dios no.
¿Se dio cuenta de que manché su vestido? Era un lila, fue sin querer dios.
