Capítulo 16 (Final)

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16

– Hola, Dominic – Russ reconocía esos casi inapreciables pasos, incluso con todas sus maquinas en funcionamiento. Dejo que se acercase hasta su mesa y se sentase antes de quitarse las gafas de seguridad.

– ¿Un nuevo trasto?

– Porque eres tú, sino de un guantazo te cambiaba de cara – no se la había dicho, pero le encantaba ese toque añejo de su época militar cuando se le incordiaba – además, creo que Cleo no me lo perdonaría.

– Qué casualidad – masculló. Por eso mismo estaba allí – ¿sabes que al principio no entendía tu actitud? Eres huraño, pero no a esos niveles, cuando Cleo estaba con nosotros. Tú lo sabes.

– ¿De qué me hablas?

– Que Cleo es la hija de Tim. Y te sientes incomodo al verla por guardar ese secreto.

Russ suspiró, nada se le escapaba a ese joven cuando prestaba la suficiente atención. De todos, Dominic era el mejor discípulo del viejo.

– Me lo confesó todo en el frente, un año antes de mi accidente. Un niño valiente y una bebé, fue lo que abandonó. No quería su mundo, el de los resistentes, aunque eso significase sacrificar su juventud.

– Las intenciones de los grupos resistentes son nobles, pero nadie quiere para sus seres queridos una vida de miedo y continua fuga.

– Bien sabes cuál es ese mundo. Si ganaba lo suficiente, podría costearles el cristal rojo.

– El que nos da los conocimientos superiores. Apuntaba muy alto.

– Lo sabía. Por eso, se alistó en el escuadrón rojo voluntariamente. Si lo hacías como mercenario y no como recluso, te llevabas una buena paga. Por desgracia, al morir ella, perdió todo contacto. Ironías de la vida, su prestigio se lo llevó su hijo Mac, lo que hizo que pronto se convirtiese en el líder de Noctámbule. Y no iba a dejar a su hermana sola.

– ¿Cómo la encontró?

– No lo sé, pero lo hizo, ya lo ves. Iba a traerla aquí cuando pasó lo de Baal. No pudo conocerla, ni ella a él.

– Pero, ¿Por qué no me lo dijiste? ¿A ninguno?

– Le prometí silencio, ni siquiera muerto me atreví a romperlo. Y ahora ¿Qué harás?

– No lo sé. ¿Qué debo hacer?

– Un padre ausente, alguien que ya no podrá conocer. Ha sido feliz sin él. ¿Quieres mi opinión? – Dominic asintió – Qué siga siendo feliz contigo.

La reunión comenzó a la hora indicada. Todos sabían que esta sería la más importante de su vida. Dominic fue el último en llegar. Fue el momento del comienzo. Todos se ordenaron en sus puestos, en la mesa de reuniones.

– No me andaré con rodeos, esta misión puede suponer una gran victoria o el fin de la humanidad. Ahora que sabemos quien es Baal, la investigación ha sido mucho más fácil. Resulta que es el comandante de un ejército de diablos.

– Del mayor ejercito del otro mundo –puntuó Bruce – gracias a los Merieles podemos saber que, debido a la magnitud de su ejército no les es posible que todos entren.

– Pero la noche del eclipse entre planetas, podrá.

– ¿Cómo? – preguntó Cleo – ¿Y que es eso del eclipse entre planetas?

– Desde que la puerta se ha abierto, cada cincuenta años se produce un eclipse de luna muy especial. Entre el sol y la luna no se interpone la Tierra, sino que lo hace el rastro espectral de otra dimensión, el planeta de los demonios. La luna se vuelve roja en estos casos especiales. Esta noche es la que tanto esperaba. Hoy debemos acabar con él antes de que haga entrar a este mundo a todo un séquito de monstruos.

Oscura Redención (Acabada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora