11. La excepción

85.2K 9.7K 27.2K
                                    

Capítulo Once

La excepción

Intenté concentrarme durante las primeras clases del día, aunque me era imposible hacerlo, y es que había tres muy buenas razones para no hacerlo. La primera era que tenía muchísima hambre y mi estómago no dejaba de hacer ruidos extraños. La segunda es que no dejaba de pensar en qué le podía decir a Shelley en la hora del almuerzo. Lo sé, estoy igual de sorprendida que ustedes.

Me postulé de cupido cuando ni siquiera puedo flechar al chico que quiero para mí. La vida en ocasiones no suele ser muy justa, pero en esta ocasión no la culparé del todo.

Nos está dando una buena oportunidad, el problema aquí somos nosotros, en que ninguno de los dos da el paso para poder avanzar. Maldita cobardía y maldito Alex por no ser lo suficientemente rápido para haberme besado esa noche.

Cuando llegó la hora del almuerzo y la campanada se hizo presente. Estuve tentada a gritar de la emoción, pero sabía que la mayoría me hubiese visto raro. Tomé mis cosas antes de emprender camino hacia mi casillero y poderlas ir a guardar. Leo salió primero que yo, esta vez no íbamos a comer juntos, no era una buena idea hablar con Shelley cuando él estuviese presente. Sería bastante incómodo.

Lo que menos quiero hacer es espantar a la pobre chica.

Guardé mis cosas y me di la vuelta.

Mi corazón se aceleró al instante que esos ojos verdosos se encontraron con los míos. La primera reacción que tuve fue sonreírle, ¿quieren saber cuál fue mi sorpresa? Él no me la devolvió en lo absoluto. Su mirada fue fría y cargada de indiferencia, pero ¿saben que me dolió más que eso? La odiosa de Kelsey iba colgada de su brazo como sanguijuela y una enorme sonrisa en sus labios.

La detestaba.

Sentí una presión horrible en mi pecho e intenté borrar esa sensación. No podía dejar que viera cuánto me afectaba cuando estaba con ella, sé perfectamente que solo son amigos, pero eso no me hace sentir mejor.

Me alejé lo más rápido que pude.

Al parecer solo yo sentía estas sensaciones, solo a mí se me aceleraba el corazón cuando lo miraba, solo a mí se me hacía escaso el oxígeno para respirar cuando él estaba cerca, solo a mí me hacían ilusión lo que parecieron ser coqueteos de su parte. Me dejé enredar en una maraña de mentiras. En verdad llegué a creer que estábamos en la misma sintonía. Una parte de mí ya sé lo esperaba, esa que dudaba todo el tiempo de que en verdad esto era real.

¿Cuándo dejaré de ser tan ingenua?

Solo había algo que no entendía, era ese tipo de sensación de que algo no estaba bien. Alex no podía estar actuando de esta manera. No después de lo que me había dicho dentro de su auto, en verdad creí que íbamos a descubrir esto los dos juntos. Me negaba a creer que solo lo había dicho para ilusionarme y que al día siguiente iba a fingir que yo no existía. No podía ser tan cruel conmigo, ¿tan poco le importaba? ¿Así de insignificante soy para él?

Tengo que dejar de tener altas expectativas hacia las personas que me rodean. Solo si quiero evitar que me sigan defraudando y lastimando en el proceso.

Era mejor así.

Tomé un respiro profundo y me encaminé a la cafetería.

Esto no es un cliché, ¿o sí? Where stories live. Discover now