No me gusta presumir, pero mi vida es perfecta, cuando estoy fuera de casa, claro esta.
Me encanta disfrutar de la gran vida que me doy, y no es trabajo dificil cuando tus padres se ausentan de casa por días, es ahí cuando me doy cuenta lo perfecta que es mi vida con ellos afuera, excepto cuando tengo que aceptar que el hecho de encontrarme sola en casa me hace querer pensar que a nadie le importo, que mis amigos estan conmigo solo por las fiestas, que para mis padres es más sencillo dejarme sola en casa que incluirme en sus planes. Razones tenia para pensar eso, pero más razones tenia para querer olvidar ese pesado pensamiento que se apoderaba de mi cada vez que me encontraba sola, más precisamente en las mañanas frias.
Mis días en casa eran toda una rutina, dormir, comer, ejercitarme y de vez en cuando una que otra fiesta, mis padres ni idea tenian de lo que hacia yo en casa en su ausencia.
Me costaba ponerme de acuerdo con mi armario para ver que ropa debia ponerme, termine por decidir que dejaria de importarme que atuendo usar, al fin y al cabo solo era la escuela, luego recorde que a esa escuela iba Kenny Marshal, mi gran amor desde primer grado, asi que sin mas ni menos me puse lo mejor que tenia, Una remera azul turqui que dejaba ver una parte de mi muy tonificado abdome, unos jeans ajustados color negro y unas zapatillas azul oscuro, sin olvidar obviamente mi sueter color blanco y mi bolso. Me puse mi lentes de sol oscuros, coji las llaves de mi auto y camine hacia el parqueadero de mi casa, salí en dirección a la escuela como siempre todos los lunes en la mañana.
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16 años
Teen FictionAriana Clowson, la típica millonaria que no se preocupa por nada en la vida, pero ¿Qué pasara cuando se sienta sola? ¿Cuando busque refugio en alguien? ¿Será correspondida?
