Capítulo 97

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El jet de Christian aterrizó en el aeropuerto. Apenas lograron aterrizar Christian bajó las escaleras prácticamente corriendo y fue hacia un su R8.

— Apresúrate Jason— dijo ansioso.

Él quería ver con sus propios ojos y asegurarse que Phoebe y Ted estén bien.

Swayer y Jason subieron el pequeño equipaje al R8

— ¿Han tenido noticias de mis hijos?¿Ya están en casa?— Dijo Christian

Tenía un nudo en el estómago y le incomodaba. Era un mal presentimiento, sólo pensaba en Phoebe y Ted. Estaba furioso con Anastasia aún así quería asegurarse que esté bien

— Lo último que supimos fue que los dos niños estaban a salvo— respondió Jason

— Gracias a Dios — respondió como una letanía— ¿Y Ana?— Preguntó ansioso

— Reynolds, sólo dijo que los niños estaban bien.

La preocupación de Christian aumentó.

Jason conducía el R8, detrás de ellos los escoltaba Swayer, en otro R8.

— Comunícate con Ryan, o Reynolds por favor— insistió Christian.

Estaba preocupado por Ana. Ryan y Reynolds no habían respondido las últimos mensajes, y ya en el aire perdieron toda la comunicación.

Jason empezó hablar a través del manos libres.

— Reynolds, por fin me responde hombre ¿Está todo bien? El señor Grey y yo vamos de camino a Seattle. — Los nervios de Christian aumentaron mientras Jason permaneció en silencio escuchando el informe de Reynolds— ¡¿Que mierda estás diciendo?!— Gritó Jason

— ¿Que ocurre Jason?— Preguntó Christian preocupado, se dió cuenta que algo no andaba bien.

— Ese maldito hijo de puta le disparó a Ryan, a un guardia de seguridad y a la señora Grey—

Christian sintió como su mundo empezó abrirse delante de sus pies mientras dejó de respirar.

— ¿Ana?— Dijo sin aliento mientras sintió la sangre enfriarse.

— Ahora están siendo llevado al hospital, Reynolds está con los niños... El igual debe ir al hospital por qué el hijo de puta lo golpeó—

— ¿Mi Ana, está bien?— Su voz era apenas audible. Estaba asustado

— No lo sé, Reynolds sólo dijo que fueron llevados al hospital.

El ritmo cardíaco empezó aumentar.

Por favor que mi esposa esté bien. Repitió cómo un mantra. Sintió ganas de llorar, ni siquiera podía imaginarse una vida sin su esposa. De repente recordó la discusión que mantuvieron mientras él subía a su jet, y se sintió más miserable aún.

Por favor Ana, resiste mi amor. Yo sé que tú puedes. Hazlo por nuestros hijos y por mi. No nos puedes dejar.

Christian se sentía realmente abatido. Durante el viaje rezó a pesar de no ser un hombre creyente.

Jason estacionó el R8 en el estacionamiento del hospital. Christian salió corriendo y fue a emergencias.

— Estoy buscando información acerca de Anastasia Grey— no se detuvo en saludar y de inmediato exigió información en la recepcionista

Mi Amada AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora