Capítulo 37

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MÍA.

Ese beso me hizo asumir una cosa internamente; lo más probable es que siempre me haya sentido atraída por Justin, como todas, aunque no me interesaba por su reputación, pero ahora él le dijo a su mejor amigo que quería cambiar, por mí y no puedo negar que eso despertó en mí una ilusión. Sin embargo, es tan difícil confiar en él, pero a la vez tan fácil dejarse llevar cuando lo tengo cerca.

Pasé la tarde en su departamento, la pasta le quedó realmente buena pero bromeé un par de veces fingiendo que quería vomitar, aunque luego le dije que si era bueno en la cocina. Ryan es bastante simpático, ambos son divertidos y distintos a la imagen que tienen en el instituto, pero jamás le di tanta importancia a su venta de drogas como ahora, porque ahora noté que tiene un "negocio" relativamente sólido en eso. Lo llamaron un par de veces para hacerle pedidos y él enviaba a Ryan a entregarlos mientras se quedaba jugando xbox conmigo.

-¿Haz pensado que pasaría si la policía te descubriera? -le pregunté en medio de un juego.

-No, no lo harán, esto es algo pequeño, la policía no le dará tanta importancia -se encogió de hombros.

-No deberías tomártelo tan a la ligera -suspiré.

-Bueno, cambiemos de tema, me incomoda hablar sobre eso contigo -aclaró su garganta-. ¿Qué hace tu papá?

-Es abogado -respondí sin dejar de mirar la pantalla, él pausó el juego y me miró con sus ojos muy abiertos.

-¿Estás bromeando? -rió un poco.

-No, ¿por qué?

-¿Él me sacará de la cárcel si algo pasa? -bromeó.

-Ten por seguro que te hundiría más de lo que lo estuvieras -reí.

-No le agrado por mi aspecto, ¿cierto?

-¿Por qué te importa si le agradas a él o no? Debería importarte yo.

-Tú me importas, pero él es parte de tu vida, no quiero que me odie siempre.

-Da igual -rodé los ojos y miré sus brazos-. ¿Cuántos tatuajes tienes?

-Bastantes -sonrió él-. Cómo ves este brazo esta completo y este a la mitad, además tengo dos en la espalda, otros en el pecho y algo más en la pierna.

-¿Por qué tantos?

-Creo que cuando comienzas luego te vuelves adicto a la tinta -hizo una mueca.

-Algún día te pediré que me los muestres, supongo.

-¿Por qué no ahora?

-Porque eso implicaría que te saques la ropa y no quiero que me mal interpretes -reí.

-Confía en mí -sonrió-, no voy a hacer nada -se quitó la camiseta.

Normalmente se nota que tiene un cuerpo trabajado a pesar de ser delgado, pero ahora al verlo sin camiseta no pude evitar sorprenderme por su cuerpo marcado, intenté mantenerme atenta a lo que él decía cuando me mostraba los tatuajes, realmente tenía muchos.

La tarde había sido tan distinta a las últimas tardes de mi vida. Llegué a casa sonriente como hace tanto tiempo no lo hacía, y no fui yo quien lo noté, fueron todos. Estaban reunidos en el comedor cuando llegué y todos me miraban extrañados por estar sonriendo de ese modo.

En cuanto estuve en mi habitación volví a la tierra y los pensamientos de "él es un mujeriego" llegaron a mi mente.

"Necesito hablar contigo" -texto a Dylan.

Dulce Tormento © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora