Capítulo 28

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Hubo un silencio incómodo, miré a mi alrededor y vi a Justin con su mirada en el suelo, se tocaba la nuca con una de sus manos y la otra la mantenía en su bolsillo.

-Sí querías meterme en problemas felicidades, lo hiciste -dije casi en un susurro y comencé a caminar.

-Espera Mía -me tomó del brazo con bastante delicadeza, nuestras miradas se encontraron enseguida -. Te ayudaré con esto.

-No necesito de tu ayuda.

-¿No vas a hacerlo? ¿No te importa que hablen con tus padres sobre lo desagradable que eres y que siempre quieres ir contra el mundo?

-La única persona que me importa en esta vida tiene siete años y está apunto de salir de la escuela -lo miré seria y él me observó por varios segundos.

Pasó por mi lado y salió de la bodega, caminé hacia la salida y antes de que pudiera llegar él cerró la puerta.

-Justin, no estoy para tus juegos, abre la maldita puerta -grité dándole golpes a la puerta.

-Algún día me agradecerás que te salvé de tus padres, una chica problemática como tú debería evitar provocarse más problemas -escuché su voz a través de la puerta.

-Abre la puerta o te mataré cuando salga de aquí -grité más fuerte.

-Ordena todo, le diré a Javiera que vaya por tu hermano.

-No le digas nada a ella,  te mataré Bieber, prometo que te mataré cuando salga de aquí y te aseguro que si estoy en esta maldita ciudad es porque cumplo mis promesas.

-Adiós dulce Mía -rió-. Javiera estará tan contenta de hacerte un favor a ti.

Dí más golpes a la puerta de metal pero nadie parecía oírme, volví a mirar a mi alrededor y luego miré el reloj, en 5 minutos era la hora de salida de la escuela de Tom, él podría esperarme unos 5 más.

-Diez minutos Mía, tienes diez minutos -suspiré frustrada.

Comencé por los malditos balones, en un saco los de fútbol, en otra los de basquetbol y en otra voleibol. Quedaban las colchonetas, separarlas por color y tamaño, además de las cuerdas y las mayas de cancha. Intenté hacerlo todo lo más rápido posible y mirando el reloj a cada momento, pero cuando por fin tenía todo listo habían pasado 28 minutos, confié en que Tomás me esperaría dentro de la escuela e intenté tranquilizarme. Ahora me tocaba esperar que a la odiosa de la profesora se le ocurriera aparecer, pero al contrario de eso comencé a golpear la puerta nuevamente con la esperanza de que alguien me escuchara, lo hice por varios minutos hasta que por fin apareció ella, la profesora Johnson.

-Listo, está todo listo, voy por mis cosas -pasé por su lado sin mirarla.

Corrí a la sala de clases y mi bolso estaba justo en mi lugar, lo agarré rápidamente y salí corriendo. Corrí atravesando el patio de áreas verdes y llegué al portón de salida, al salir a la calle seguí corriendo.

JUSTIN.

Le dije, le dije que me gustaba aunque ni siquiera estoy seguro de eso, solo sentí el impulso de decírselo y lo dije, pero me ignoró totalmente. ¿Cómo puede ser posible que sea primera vez que le diga a una chica "me gustas" y ella me ignore?

No quiero provocar que me siga odiando, lo que le dije sobre Javiera era solo una broma para hacerla enojar, pero no quiero que me odie aún más, no pienso decirle a Javiera que vaya por Tomás, solo le preguntaré donde estudia él, por eso la busqué.

-¿Qué tal? -sonrió en cuanto me vio.

-Javiera -sonreí también-. ¿Sabes dónde estudia Tomás?

Dulce Tormento © #1Where stories live. Discover now