Capítulo 62

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Dejé a Mía en su casa y aunque quería quedarme un momento con ella no pude hacerlo, la urgencia y el tono de Ryan me habían dejado preocupado. No quise comentarle nada a Mía sobre eso y solo me despedí de ella y me fui directo al departamento.

-¿Qué pasa? ¿Qué es tan urgente? -pregunté en cuanto entré y vi a Ryan en el sofá.

La mirada de Ryan fue más allá de mi, voltee a mirar el otro sofá y vi una chica mirándome, volví a mirar a Ryan que seguía en silencio y luego volví a mirar a la chica, ahora noté que estaba embarazada.

-¿Qué pasa Ryan? -volví a mirarlo.

-Ambar te esta esperando, necesita hablar contigo, estaré en mi habitación -se puso de pié y se fue rápidamente.

-¿Quién eres? -le dije sentándome frente a ella.

-¿No me recuerdas? -me dijo ella y negué con la cabeza-. Estuve aquí hace varios meses, pasé la noche contigo -en cuanto dijo eso miré su vientre abultado y volví a mirarla, esperando que continuara-. Estoy embarazada Justin.

-¿Y qué tengo que ver yo con eso? -pregunté.

-Es tuyo.

Esas dos palabras fueron como un balde de agua fría sobre mi cabeza, como un golpe en el estómago y todo lo que pueda relacionarse con eso, todo dentro de mí se volcó, todo en mi cabeza daba vueltas y solo tenía una imagen en mi mente: Mía.

-No puede ser -hablé luego de lo que parecieron horas-. No puede ser, yo siempre uso preservativo, es imposible.

-No usaste -dijo ella segura-. Estabas muy borracho y me lo diste a mi para que lo pusiera, pero no lo hice, porque yo también me cuidaba con anticonceptivos pero al parecer fallaron.

-¿Cómo pudiste ser tan irresponsable? ¿Tener sexo con un desconocido sin preservativo? -dije poniéndome de pie y caminando de un lado hacia el otro.

-No puedes culparme de todo a mí, tú estabas borracho, pero también eres responsable de esto.

-Ni siquiera te conozco, ni siquiera te recordaba y llegas aquí diciéndome que estas embarazada, ¿Qué quieres que haga? ¿Que me ponga feliz con la noticia? -alcé la voz.

-Para mi tampoco es una alegría, pero no iba a abortar Justin -me dijo con sus ojos cristalizados.

-No he dicho eso -respiré profundo-. Es solo que esto es confuso, yo tengo una novia y me va a matar cuando se entere de esto.

-No es mi culpa que engañaras a tu novia -desvió la mirada conteniendo su llanto.

-No la engañé, somos novios hace poco, he cambiado por ella y ahora llegas tú así -agarré mi cabeza con ambas manos y volví a respirar profundo.

-No te estoy pidiendo que seas mi pareja, si vine aquí fue porque me dijeron que el parto era peligroso y yo podía morir en él, no quiero que mi hijo se quede solo, después de todo eres el padre y no quiero enfrentar esto sola.

-No estarás sola, si ese niño es mío te aseguro que no lo dejaré abandonado, pero debo hacerle una prueba de ADN cuando nazca.

-Está bien -suspiró-. Mi fecha estimada de parto es en tres semanas, le di mi número de teléfono a Ryan, por favor comunícate conmigo cuando puedas -asentí y ella se puso de pie-. Lo siento -dijo antes de caminar hacia la puerta y dejarme solo.

Ryan no tardó en aparecer en la sala en cuanto Ambar se fue, se sentó. mi lado y hubo un largo silencio.

-¿Qué voy a hacer? -era una pregunta para mi mismo pero la dije en voz alta.

-Lo siento bro -dijo mi amigo casi en un susurro.

-Mía me va a odiar, todo lo que hemos construido se irá a la mierda por mi culpa.

-No es tu culpa, haz hecho todo bien con ella, esto fue antes de estar con ella, quizá pueda entenderlo.

-Esto es consecuencia de mi pasado y soy un total imbécil al no asegurarme de usar preservativo siempre, no sé como pudo pasar. Mía me va a odiar, no querrá verme en toda su vida.

-No tienes que decirle ahora, quizá le haces la prueba de ADN al bebé y sale negativo, puedes esperar los resultados de la prueba y si sale positivo le tendrás que decir.

-No -dije seguro-. No puedo ocultarle algo así, me odiaría aún más luego al saber que se lo oculté.

-Ella lo entenderá -Ryan me dio un golpe ligero en la espalda y yo cerré los ojos, sentía que las lágrimas estaban por llegar a mis ojos y no quería llorar, pero pensar en dañar a Mía de esa manera me desgarraba por dentro.

-La amo hermano -dije en un suspiro-. La única chica que he querido de verdad y pasa esto, quizá es cosa del destino para que la deje libre porque ella merece alguien mejor que yo.

-Deja de decir estupideces, eres un buen chico y ella es feliz contigo, yo sé que ella lo entenderá, ustedes nacieron para estar juntos bro, debes estar tranquilo.

-No puedo -negué con la cabeza-. Su papá me estaba aceptando, todo iba bien, ¡¿Por qué demonios pasa esto ahora?!

Me puse de pié y le di un golpe a la pared, las lágrimas nuevamente amenazaban con llegar, jamás había llorado por una mujer, jamás pensé hacerlo, jamás pensé que todo esto podría pasarme a mí. Golpee la pared una y otra vez, Ryan intentaba sostener mis brazos para que dejaba de hacerlo pero la rabia e impotencia se apoderaron de mí y no podía detenerme. Mis nudillos estaban rojos y casi sangrando, mientras la pared estaba agrietada.

-¡Basta! -me gritó Ryan y me empujó hacia el sofá-. Con esto no vas a solucionar nada, deja de comportarte como un imbécil -me gritó y me mantuve en silencio-. Ahora te vas a tomar unas pastillas para dormir y mañana vas a ir a hablar con Mía, ¿ok?

***

MÍA.

Luego de que Justin me dejó en casa no supe de él, fue extraño, porque siempre me llama para avisarme que llegó bien a casa. Quise llamarlo, aunque no quería ser insistente y por eso no lo hice, pero cuando ya era bastante tarde me preocupé y marqué un par de veces a su celular hasta que contestó Ryan y me dijo que estaba dormido. Al menos estaba en casa, eso era lo que me preocupaba, así que dormí tranquila.

Al día siguiente me levanté temprano, era domingo y quise visitar a Justin para pedirle que me acompañara a comprar un par de libros. Me arreglé y salí de casa camino al departamento de Justin, no quise avisarle que iba, quería sorprenderlo.
Toqué el timbre un par de veces y Ryan abrió la puerta, su rostro parecía sorprendido y hasta podría decir que palideció un poco.

-No soy un fantasma -reí.

-Hola Mía, ¿qué haces aquí? -habló algo nervioso.

-Vine a ver a Justin, ¿no es obvio?

-Claro, solo bromeaba -rió-. Pasa, está en su habitación.

Asentí y entré directo a la habitación de Justin, él seguía dormido y comencé a besarlo para despertarlo, se movió un par de veces hasta que abrió los ojos, pero cuando me vio no vi la cara sonriente que esperaba ver.

-¿Qué haces aquí? -me dijo serio.

-¿Por qué tú y Ryan me preguntan eso? ¿No puedo venir a despertar a mi novio un día cualquiera?

-Sí, lo siento, solo que... me sorprendiste -desvió la mirada.

-Pensé que era una buena sorpresa para ti, lo siento -me puse de pie desconcertada.

-No, ¡Mía espera! Tenemos que hablar -dijo él y mi cuerpo se congeló por su rostro serio.

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Dulce Tormento © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora