Volviendo

5.1K 331 18
                                    

Mi cuerpo, mi alma, todo era nada más que una ilusión.

Volando en el aire y desapareciendo en este, era divertido, normalmente cuando entraba en estos asquerosos estados comatosos sentía como si caía. Una caída sin retorno y sin distracciones.

Siempre había sido monótona y helada pero esta vez todo fue distinto, todo era caliente y doloroso.

Doloroso de la peor manera posible, era como si pudiera sentir mis huesos fundirse en lava—«duele mucho»— pienso mientras abro mi boca, un silencioso quejido sale de mis labios pero no logro escuchar mi grito…¿acaso no estaré gritando?

No… si estoy gritando pero entre el dolor no puedo sentir, oír o oler nada, es como si todos mis sentidos se hubieran hecho añicos.

—Basta… ya no más… dolor—

Mi voz queda atrapada en el limbo y milagrosamente alguien la escucha.

—Concéntrate—

—¿Qué?— no puedo pensar mucho, mi mente se está haciendo añicos, está volando y escapando de mí agarre.

—No te rindas niña—

—Niña— pienso para mí misma—Niña…— la rabia nace en mi interior— ¡no me llames así Johan!— por fin logro formular algo coherente.

—Eso es, concéntrate en mí—

—Esto es peor que la muerte, en realidad prefiero mi muerte, fue más rápida— le explico, aunque supongo que él ya sabía eso.

—Eso pasa porque fundiste un par de costillas de tu enemigo en tu interior, ahorita las están quitando de tu interior—ahora que lo mencionaba la mayoría del dolor provenía de mi abdomen.

—¿Cómo sabes eso?—

—Conexión de esencia querida, la mejor de cualquier pilar—

—Eres un engreído—

—Lo sé pero pronto acabara—

—¿Por qué me estas ayudando a pasar por esto?— pregunto— en el entrenamiento siempre me dejabas por mi cuenta—

—Porque literalmente tienen un cuchillo contra mi cuello, todos entraron en estado de pánico cuando perdí mi conexión contigo minutos atrás—

—Eso es factible—

—Eso es una locura, demasiada gente te quiere viva—

—Y es mejor que siga así porque sino tu y Joshua morirán—

—¿Por qué?— me sorprendió escuchar la duda en sus palabras.

—Por James—

—Cierto— acepto él.

Y entonces cuando esas palabras conectaron con mi mente todo se hizo añicos. Miles de colores pasaron por mi visión mientras un asqueroso dolor comenzaba a recorrer mi espalda.

Era como si una serpiente se moviera por toda mi columna, escalando y apretando a su paso, como si quisiera quebrarla.

Esta vez cuando grite el sonido relampagueo por el alrededor, mis venas comenzaron a llenarse de fuego, de rabia y desesperación, el dolor me cegaba de una manera indescriptible.

Quería que acabara… Fue en ese momento que mi cuerpo se volvió tangible, la ilusión cedió, dejando así un cuerpo renacido y listo para detener esta espeluznante pesadilla.

Escuela de híbridosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora