Vida de humana

8K 437 7
                                    

—No hay nada mejor que un día de la piscina después de estar enferma— dijo Anael mientras se pasaba el peine por el cabello.

—Si tu lo dices— dije mientras metía mi traje de baño en un bolsito rojo que me había prestado Anael— ¿no crees que va a hacer frio en la piscina a esta hora?— estaba amaneciendo pero había pasado horas y horas escuchando a Anael, decirme repetidas veces que teníamos que ir a la piscina porque era la mejor post—enfermedad terapia.

—No lo creo Anya, la piscina es climatizada no hay manera que si entibiamos el agua nos de frío a esta hora— me dijo mientras se colocaba un par de botas azules, las ultimas semanas había comenzado a pensar que el color favorito de Anael era el azul.

—Tienes razón— me levante de la cama, agarre el bolso y me dirigí a la puerta— ¿Estas lista?— pregunte mientras la volteaba a ver y por primera vez en estos segundos fue que me di cuenta que no llevaba traje de baño.

— ¿Qué ocurre?— pregunto ella cuando me detuve en el marco de la puerta.

—No llevas traje de baño—le recordé ganando de ella una pequeña risita.

—Claro que no lo llevo, voy a estar en mi verdadera forma, no lo voy a necesitar— dijo con tranquilidad.

—No te molesta… que yo te mire en tu verdadera forma— tantee la situación.

—En lo absoluto, ya me has visto en mi verdadera forma en tantas ocasiones que ya me da igual si estoy en ella o no, cuando estoy cerca de ti— ella dio un par de pasos hacia el frente y me agarro la mano— vamos antes de que las clases comiencen.

Y con eso dicho me arrastro hacia la piscina del campus.

Solo en el chequeo había visto la verdadera forma de una Ninfena dentro del agua y tenía que admitir que era una de las cosas más asombrosas que he visto en toda mi vida.

Todo la parte del cuello hacia abajo se les cubría de hermosas escamas doradas, azules y verdes, sus piernas se convertían en una cola y cuando salían del agua volvían a ser piernas normales, eso era algo que nunca iba a comprender, como la anatomía de Anael podía ser tan volátil sin perjudicarla en lo absoluto.

—Vamos Anya entra al agua, ya esta tibia— me dijo antes de volver a hundirse en la piscina.

—¡Espero que no estés mintiendo Annie!— le grite mientras me acercaba a las escaleras de la piscina, metí uno de los pies en el agua y me percate que en efecto, me estaba mintiendo, el agua estaba para morirse congelado.

De la nada el cuerpo de Anael salió de un fluido salto del agua— yo nunca miento— la ninfena me agarro la mano y luego me jalo directo al agua, sentí como si miles de agujas se estuvieran insertando en mi cuerpo en el momento que toque el agua, abrí la boca y el agua de la piscina comenzó a sofocarme así que me volví hacia lo que pensaba que era arriba y nade lo más rápido que pude en esa dirección, en pocos segundos ya estaba flotando en medio de la piscina.

—¡Te has vuelto loca!— le grite a nadie en especifico porque Anael no estaba en la superficie.

—No, tú estás histérica— dijo mientras salía a la superficie, sus escamas brillaron levemente por el reflejo del sol.

—Me metiste a una piscina congelada— le dije enfurruñada.

—Pues yo no miro que tengas mucho frio— sonrió ella.

Pasaron unos segundos antes de que comenzara a analizar mi situación, ahora que lo pensaba el agua no estaba helada, estaba tibia, perfecta para un baño a esta hora de la mañana.

—Tienes razón no tengo frio pero cuando la toque la sentí fría— dije con seriedad.

—Claro que la sentiste fría, no te habías zambullido— comento antes de volver a desaparecer en el agua.

Escuela de híbridosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora