¿Impostora?

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Yo hice lo primero que se me vino a la cabeza y casi por instinto me deje caer plana sobre el piso. Mi espalda golpeo ruidosamente con el concreto, gemí ligeramente por el dolor antes de girar hacia la derecha cuando su espada de luz comenzó a caer sobre mi cara.

Casi por instinto tire una de mis piernas hacia ella y la golpee de lleno en el estomago, mi madre salió volando y golpeo con la calle con un espantoso estrepito que hizo que mi sangre se helara dentro de mis venas.

—¿Eres bipolar?— pregunto Joshua mientras llegaba a mi lado y llamaba mi atención tocando mi hombro un par de veces.

—¿Cómo?— pregunte mientras veía a mi madre levantarse de una manera antinatural, su torso se levanto en ángulo que era imposible para un cuerpo humano, cuando creí que nada podía ser peor que aquello su cabeza se levanto y miro en mi dirección mientras un espantoso crujido pasaba por su cuerpo.

—Lo digo porque hace unos segundos la querías abrazar y ahora lo que hiciste fue quebrarle el cuello— dijo él sin inmutarse por la presentación digna de una película de miedo que estaba presentando mi madre.

—Yo no quería golpearla pero…

—Actuaste por instinto— dijo él mientras mi madre se levantaba, Joshua me dio un codazo en el estómago y luego sonrió.

—¿Por qué sonríes?— le pregunte en el preciso instante que mi madre se abalanzaba, una vez más, sobre nosotros.

—Porque obviamente esta no es tu madre— todo ocurrió muy rápido, el brazo de Joshua se ilumino y formo una espada idéntica a la de mi madre, estaba a punto de llamarlo cuando el intercepto a mi madre en media calle.

Espadas resplandecientes chocaron en el aire y provocaron una onda expansiva que me tiro al suelo, desde mi posición podía ver como el concreto debajo de los pies de los combatientes se desquebrajaba y se hundía bajo la presión que los dos estaban aplicando.

Era como estar viendo una escena en cámara lenta, de aquellas películas de acción de bajo presupuesto que mi tía solía llevar a la casa.

Podía ver cada pedazo de concreto que volaba en el aire cada vez que el suelo se desquebrajaba, también podía ver el sudor correr por la frente de Joshua mientras este intentaba mantener su terreno contra, lo que según él, no era mi madre.

Me estaba levantando cuando escuche a mi madre hablar una vez más— eres mitad ángel niño pero se te olvida que yo soy un ángel— y entonces la espada de mi madre multiplico su tamaño y su fuerza, con un rápido movimiento hirió el hombro de Joshua y luego su pecho.

La sangre voló por el aire y por un segundo me acorde de aquel día  en el que el demonio me había herido, aun me acordaba de las gotas de sangre danzando en mi visión mientras la luna resplandecía en el cielo nocturno.

Y por ese segundo que el mundo me recordó lo que era sentirse indefenso e inútil, me di cuenta que todo esto estaba mal, mis poderes comenzaron a salir a flote cuando Joshua salió volando contra el buzón de correo de una casa que teníamos cerca.

Las llamas azules me rodearon convirtiendo mi cabello en llamaradas que se extendían en este cielo sin estrellas—¿vas a pelear conmigo?— la voz de mi madre sonó a lo lejos, casi como un susurro en mis oídos, enfoque mi mirada en la suya, azul golpeando con verde, ella me sonreía como haría cualquier madre con su hija aunque todo eso quedaba empañado por la espada que aun brillaba en su brazo.

—¿Sabes algo?— dije mientras avanzaba hacia ella, el cemento debajo de mis pies se comenzó a derretir lentamente, eso quería decir que estaba utilizando mis poderes en su estado máximo.

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