That day - fifteen (4/5)

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— ¿Qué? — preguntó con su mano en la cintura y una ceja elevada. Algo nervioso de verse observado intensamente, pero manteniendo la compostura.

— ¡Woooh! — comenzó a aplaudir.

Chuuya podía ver el aura del castaño brillar, cosa que le daba escalofrío.

— ¡El uniforme de preparatoria te queda de maravilla, Chuuya!

El pelirrojo hizo una mueca de asco. Aunque en el fondo le gustaba recibir tal halago. Si, un tsundere de primera, pero estaba en esa edad.

Chuuya pronto cumpliría los 16, en un par de semanas más, y su primer día de preparatoria había comenzado esa mañana, cuando Dazai había dejado la habitación para ir al comedor de la Port Mafia y ver qué había de desayuno, mientras que Chuuya se daba un baño y se alistaba.

"La pubertad y toda su magia de las hormonas alborotadas" O al menos así había pensado Dazai cuando vio a Chuuya aparecer con el nuevo uniforme que consistía en un pantalón verde a cuadros, una camisa, una corbata y un vestón granate. Vestimenta que le causó una extraña sensación en el vientre... y un poco más abajo.

— Hay Hot cakes — Anunció intentando darle atención a su desayuno.

Después de todo, tendría años para disfrutar de Chuuya y su nuevo uniforme.

— Oh... — el pelirrojo tomó asiento frente a Dazai, y acomodó hacia un lado su flequillo y alguno que otro mechoncito rebelde tras su oreja para que no le estorbaran al comer.

Últimamente, se había alejado de las tijera de Kouyou y había dejado crecer su cabello.

El castaño miró detenidamente esa acción, movimiento tras movimiento.

Chuuya humedeció sus labios con su pequeña lengua porque acababa de cortar un pequeño trozo de Hot cake, y la boca se le había hecho agua.

Un alterado"¿Qué demonios...?" pasó por la cabeza de Dazai cuando se vio obligado a tragar ruidosamente la saliva que se le había acumulado en la boca por "quién sabe qué razón".

¿Por qué sentía sus pantalones cada vez más apretados? ¿De verdad alguien como él (tan inhumano), también experimentaría la jugarreta de las hormonas y esas cosas extrañas? ¿Cosas de un adolescente cualquiera?... ¿un adolescente normal? ¡¿ÉL?!

— ¿Dazai? — preguntó extrañado.

El trozo de Hot cake permanecía clavado en su tenedor. Pues no había llegado a tocar los labios del pelirrojo al verse distraído por la intensa mirada castaña.

— ¿Sí? — habló serio. Su semblante había cambiado de la nada.

— ¿Estás bien?

— Sí. Acabo de recordar algo — contestó sin más. Y siguió comiendo.

Chuuya parpadeó realmente descolocado ¡¿Qué demonios le pasaba a Dazai ahora?! ¡¿Por qué era tan raro?!

Daba igual. De todas formas no había día que el castaño no actuara de manera estrafalaria.

Ese día tenía otras cosas de las cuales ocuparse. Y nada de eso giraba en torno a Dazai. Por lo que se daría la dicha de ignorar su extravagante presencia.

Aunque le haya provocado una incomodidad en el pecho cuando intentó despedirse del castaño con un beso en la mejilla y este corrió hacia otro lado gritando el nombre de su amigo Odasaku, quién había hecho su aparición en el comedor.

Había fruncido el entrecejo mientras soltaba un suspiro cargado de pesadez.

¿No que en un principio tenía toda su atención gracias al estúpido uniforme? ¿Por qué ahora lo ignoraba?

𝚁𝚎𝚌𝚒𝚙𝚛𝚘𝚌𝚊𝚕 • Soukoku • FinalizadaWhere stories live. Discover now