22: Siénteme

24.1K 3K 1.2K
                                    

ADVERTENCIA:

Estás a punto de leer la escena sexual más estúpida que podrías leer, no te digo que pases de página, solo que espero que te rías muchísimo y te pido de favor NO leer este capítulo acompañado, porque la neta si da pena ajena :v

Es todo, sigue leyendo cochinadas, gracias :D

__________

CAPÍTULO 22: Siénteme.


Llego a mi casa, sonriendo. Pese a todo, ver a mamá y saber que está enterada de mi relación con Darío —que además está de acuerdo—, me subió los ánimos. No se dio cuenta del morado en mi ojo, cosa que agradezco al cielo, porque habría armado el mayor de los dramas. Si cuando pasó todo lo de Osvaldo, lloró conmigo en mi habitación, yo lloraba porque me iban a separar de él y ella porque estaba demasiado dañada como para entender que él me hacía mucho daño. Mamá llegó hasta a jalarme las orejas para hacerme entender que no debía aferrarme a Osvaldo si me pegaba por gusto.

—Ya llegué. —Escucho su voz en la puerta y le abro de inmediato. Trae consigo la maleta que lleva a la universidad y una mochila, donde supongo que trae sus cosas.

Lo hago entrar y verifico si no hay nadie afuera, no sé, pero presiento que está ahí afuera, esperando a verme sola de nuevo. Mi piel se eriza de solo pensarlo, de verdad que esa mujer está algo mal, y lo preocupante es que esté embarazada. Y dudo mucho que las pastillas que la vi tomar cuando se puso ansiosa sean vitaminas.

—¿Vemos una película antes de dormir? —Ofrezco, cerrando la puerta. Él está dejando sus cosas en el sofá cuando me acerco y lo abrazo por la espalda—. Y cenamos algo, por cierto, ¿o ya cenaste?

—Traje algo —dice, girándose—. Tú has estado cocinando para mí todo este tiempo, así que hice esto para ti.

Trae un táper cubierto con una servilleta de tela.

—Te hice unos tacos. —Destapa el traste, mostrándome los bellísimos tacos. Creo que lo amo más—. Al pastor y de asada.

—Esto es mejor que el que te regalen chocolates. —En realidad ambas cosas son geniales, pero los dos nos reímos sin aclararlo—. Bueno, pues hay que cenar.

—Oh, también traje algo más —Deja la comida en mi mesita y despues saca de su mochila algo envuelto que, cuando me lo muestra, mis mejillas se calientan. Es mi brasier—. Lo olvidaste en el piso de mi sala.

—Dámelo —Se lo arrebato, avergonzada. Él solo se ríe y me atrapa de la cintura para besarme.

Un rato más después, estamos acostados en mi cama, abrazados. Sé que hay una película en la televisión, pero no sé cuál es, porque preferimos hablar. Me cuenta lo que habló con su mamá ayer y yo le hablo de la fiesta de cumpleaños de mi papá. Incluso le digo que si ese sería un buen momento para hablarle de nosotros. Obviamente, descarto yo misma la posibilidad al imaginarme los posibles escenarios. Puede que terminemos arruinado su cumpleaños. También le cuento que mamá nos aprueba y eso lo emociona. Al final sale el tema de Esmeralda.

—Mañana hablaré con ella, si no entiende, tendré que hablar con su madre sobre lo que pasa —promete—. Quiero que no vuelva a ocurrir algo como esto, amor.

Me toca el rostro con cuidado, aún siento que me palpita el ojo.

—Necesito hacer algo, quiero que tú estés bien. Que estemos bien, quiero preocuparme por otras cosas entre nosotros que por lo que nos quiera hacer Esmeralda. —Besa mi frente y sonrío.

El virgen que llamaba a la línea erótica© [AYOD #1]Where stories live. Discover now