Capítulo 30

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-¿Tu tío?- Preguntó Julia.

-Sí… la hermana de mi madre decidió casarse con ese mago.- Él se rió un poco.- La verdad es que mi abuelo está indignado con que todos seamos impuros, pero qué se le puede hacer.-

-¿Y por qué actúas como si te desagradara ese hombre?- Preguntó Christian.

-Porque me desagrada, solo es un maldito mujeriego que quiere tirarse a jovencitas.- Dijo Jack, de mala leche.

-Tal y como lo dices parece que se intentó tirar a Jen.- Dijo Julia riéndose. Pero nos miró, los dos estábamos serios. Dejó de reírse.- ¿Lo intentó?-

-Sí.- Le respondí yo.- Pero le dí su merecido a ese miserable.- Miré a Jack.- ¿No nos queda otra opción?-

El negó con la cabeza, yo suspiré.

Decidimos partir de inmediato hacia la casa de ese hombre, cuanto antes, mejor. Estaba a pocos minutos de la casa de Jack, así que no tardamos demasiado. La casa era cuadrada, una de esas casas modernas, negra. Tocamos la puerta, a los pocos minutos apareció un hombre de mediana edad, ojos color rosa, pelo negro y en punta, con una barba de varios días, iba con una camisa blanca completamente abierta. Miró a Jack de arriba a abajo.

-¿Pero qué quieres tú ahora?- Dijo dándose la vuelta y entrando en la casa.

Nosotros entramos sin que nos diera permiso.

-Necesitamos que…- Empezó a decir Jack.

Pero él se dio la vuelta y me vio. Esquivó a Jack y se plantó delante de mí. Cogió mi cintura y me acerco a él,

-Mi querida Jen, ¡cuánto tiempo sin vernos!, estás incluso más hermosa que la última vez que nos vimos, y con tu belleza eso ya es casi imposible.- Dijo haciendo aparecer una rosa.

Yo no la cogí, Jack le cogió de los pelos y lo alejó de mí.

-Te lo advierto, ni se te ocurra tocarla.- Dijo Jack amenazador.

-¡Venga ya! ¿Por qué no?, Es que solo hay que verla, entran ganas de tirársela.-

Noté que Jack reprimía el impulso de pegarle un puñetazo, ya que necesitábamos su ayuda.

-Pues ahora es mi chica, así que no te acerques a ella o…- Se acercó a él y sonrió.- Te mataré.

-¡Joo, venga ya!- Él se sentó en el suelo y me miró.- Dime que no es verdad.- Yo solo desvié mi mirada.- No es justo, ¿por qué tienes que tenerla tú y yo, no?

-Porque yo no soy un borracho mujeriego que solo busca sexo.- Dijo Jack.

-Detalles, detalles.- Dijo él haciendo un gesto con las manos.- Oyee… y no podrías compartirla un poco, solo una nochecita.-

Jack ya estaba alzando su puño, pero conseguí detenerle.

-Déjame que le dé.- Dijo Jack.

-Recuerda a qué hemos veni…- Le dije yo.

Pero entonces noté que unas manos estaban… ¿Acariciándome el culo? Solté a Jack y me giré. Allí estaba el mago, de cuclillas. Levantó la cabeza y me miró.

-Sigues teniendo buen culo.-

Noté que la rabia podía conmigo y le pegué una cachetada.

-Supongo que me lo merecía.- Dijo él.

-¿Tu puedes pegarle y yo, no?-

Yo solo bufé y me crucé de brazos enfadada.

-No me extraña que no os guste este hombre.- Dijo Julia acercándose a mí mientras él se levantaba, soltó un grito de entusiasmo cuando la vio.

-¡Qué bien!, otra belleza.- Dijo él alegre.- ¿Y tu nombre es?- Dijo haciendo aparecer otra rosa.

Christian cogió la rosa por los pétalos y la hizo pedazos.

-Ni se te ocurra.- Dijo. Daba bastante miedo

-Venga ya…- Dijo el mago quejándose.- ¿Por qué todas las tías buenas están pilladas?- y se adentró más en su casa.

-Céntrate un poco.- Le dijo Jack.- Tenemos un favor que pedirte.-

-¿Y por qué tendría que ayudaros?-

-Aun tengo las fotos.- Dijo Jack con una sonrisa maliciosa.

-¿Todavía?- Él asintió y suspiró.- De acuerdo, ayudaré en lo que queráis.-

-Gracias Marcus.- Le dije yo.

Hunters (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora