Un proyecto singular.

Prólogo.

Prólogo.
Esta novela no tiene nombre todavía. Ni tema. Ni desarrollo. Diréis que vaya una falta de formalidad, ¿verdad? Precisamente por eso me abandonaron hace poco varios buenos amigos a los que había invitado  a escribir una novela entre todos.

Ellos querían un "plot" (o sea, un argumento), un género (o sea, policiaca, de terror, ciencia  ficción, romance, de amor, del Oeste, etc.), y, sobre todo, una estructura. Eso de la estructura es muy importante para ellos. Pero, claro, ponerse de acuerdo once personas sobre el título, para empezar, fue de locos. Que si "La rosa del desierto", que si "Con ella llegó el escándalo"…, en fin, para qué os oy a contar: no se ponían de acuerdo.

Al final yo propuse que cada uno escribiera un capitulo, por orden de llegada al proyecto,  y que cada uno fuese añadiendo su capítulo a lo que ya había con el género, carácter, y, sobre todo, la longitud que quisiera, que lo que hacía falta eran buenas ideas, pero que si no las había buenas, que tendríamos que tirar con las que hubiera. Y para dar ejemplo, aquí estaba mi capítulo, que para eso era yo el autor de la idea y quien los había convocado allí. Añadí que les iba a leer el  capítulo y que el que no estuviera de acuerdo que allí estaba la puerta de la calle y que no se molestase en cerrarla, que a lo mejor entraba alguien que supliese con ventaja a quien desertase de este, mi más ambicioso proyecto.

Mis amigos se sentaron en las sillas, los primeros seis que eso decidieron, y los demás en el suelo, mientras yo les leía este capítulo que es el primero del libro.