Capítulo 24

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        Natasha despertó pasado el mediodía, todo en su cuerpo le dolía, incluida su cabeza. ¿Acaso era resaca lo que estaba sintiendo? Ni siquiera había tomado tanto y con lo que había pasado la poca borrachera que había sentido se le bajó en un instante. Era injusto que estuviera sufriendo las consecuencias de una buena fiesta que nunca pasó.

        Entró al baño y tomó un poco de agua del lavabo, eso la hizo sentirse mejor. Se lavó la cara y rápidamente entró en la ducha. Dejó que el vapor del agua relajara sus músculos, eso la hizo sentirse mejor. Quizá lo que sintiera no fuera una resaca, sino tensión acumulada. Después de todo había pasado era casi estúpido pensar que no fuese a sentir estrés.

        Sobre todo porque habían decidido no contar nada de lo sucedido. Nadie había salido herido, y el hecho de haber salido del refugio sin permiso les traería un castigo enorme. Natasha estuvo de acuerdo de no contar nada la noche anterior, pero ahora se preguntaba si eso era lo correcto. 

        Cometiste tu peor error, la voz de Elizabeth seguía recorriendo su mente. Era cierto que en el momento de la batalla no había sentido el más mínimo miedo por esa amenaza, pero ahora se preguntaba si la rastreadora sería capaz de planear una venganza.

        Sacudió su cabeza y se dijo a sí misma que no tenía sentido seguir dándole vueltas al asunto. Si Elizabeth estaba planeando una venganza lo único que podría hacer era prepararse para esta. Además, era demasiado improbable que Elizabeth entrara al refugio ¿no? Había entrado una vez, pero eso solo fue un golpe de suerte... Era imposible que sucediera de nuevo.

Aunque el día que entró, continuó pensando, fue capaz de asesinar a sangre fría a su propia tía, secuestrar a Oliver e imponer un miedo increíble en el lugar...

        Sus pensamientos continuaron rondando en esa misma dirección, así que decidió que era momento de salir y hacer algo que la distrajera de pensar. Salió de la ducha, se puso la toalla en su cabeza a estilo de turbante y se vistió mientras esperaba que su pelo se secara.

        Después de unos minutos decidió que era suficiente y dejó caer su rizada melena, pensó en amarrarla, pero eso solo tomaría tiempo y esfuerzo. Salió del cuarto y se sorprendió al ver que ninguna de sus compañeras estaba allí, ¿habían estado allí cuando despertó? Ni siquiera lo recordaba. 

        Salió del cuarto a en búsqueda de sus amigos y bajó rápidamente al lobby. Estaba atestado de personas, pero ninguna conocida. Natasha pensó como llevaba aquí tanto tiempo y aún no conocía a todas las personas del refugio, se preguntó si algún día eso iba a suceder.

—Si buscas a tus amigos raros, se fueron al cuarto de Paul hace como treinta minutos— le dijo una chica de color oscuro, después de pensar un rato la chica la reconoció. Era uno de los clones de Lisa. ¿Angela era su nombre? No, Bianca. Últimamente Lisa no andaba mucho con ellas, pero al parecer eso no impedía que siguiera robando su estilo.

—¿Cómo lo sabes?—preguntó Natasha extrañada.

—Lisa se fue con ellos y me dijo que te avisara.

        Así que continuaba siendo seguidora de Lisa, aunque ahora anduviera con esos "raros". Natasha dio media vuelta y caminó hacia las escaleras para después recordar que no tenía la menor idea de donde se ubicaba el cuarto de Paul.

—Esto... Bianca —sintió un alivio al ver que la volvía a ver. Ese si era su nombre—, ¿de casualidad no sabes dónde queda el cuarto de Paul?

—¿Eres su novia y no sabes cuál es su cuarto?—dijo sorprendida.

—Pues no.

Oh por dios, ella es tan virgen, escuchó en la mente de Bianca. Definitivamente tendría que dejar de escuchar los pensamientos de las personas, eso sólo traía desilusión.

Peligro (la mentalista #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora