Capítulo 2

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        Natasha no tenía idea de lo que estaba pasando o cómo lo hizo. Sólo sabía que había pensado que tenía que salvar a Alicia y la bala se detuvo, estaba sorprendida. El bravucón tenía la misma expresión que Natasha tenía en la cara, pero después se transformó en miedo y le disparó a ésta.

        La bala también se detuvo. Lo siguiente que le pasó por la mente a Natasha fue que tenía que defenderse y de repente las balas dieron media vuelta y salieron a toda velocidad en dirección del bravucón. Impactándolo en la pierna.

—¿Qué demonios? —preguntó Natasha—. ¿Acaso yo hice eso?

—Vamos —dijo Alicia tomándola del brazo—, tenemos que salir de aquí.

         Alicia la condujo por el callejón e hizo que entrara de nuevo a la cafetería.

— Al menos aquí estaremos seguras —dijo Alicia mientras se sentaba en una mesa vacía.

—¿Quién era ese tipo y por qué quería hacernos daño? —preguntó Natasha asustada.

—Era un rastreador.

—¿Un rastreador?

—Luego te explico ¿sí? —le dijo Alicia algo irritada —. ¿Tienes un teléfono?

—¿Para qué necesitas un teléfono en estos momentos?

—Los rastreadores nunca están solos, necesitamos refuerzos.

        Natasha no sabía que era lo que quería decir Alicia, pero igual le pasó su celular. Alicia marcó un número con gran rapidez y se puso el teléfono en el oído.

—¿Dónde estás? —preguntó a la persona que le había contestado—. Necesito que vengas al café del centro, el que está en entre la calle cuatro y la avenida tercera. Un rastreador me atacó. Espera, ¿Estás con Paul? —preguntó—. Pásamelo.

        Alicia se quedó en silencio mientras esperaba a que Paul tomara el teléfono.

—Paul. Creo que encontré una —susurró—. Sí, está conmigo; pero no sé cómo explicárselo. ¿Te espero entonces? Muy bien —dijo mientras colgaba el teléfono.

—¿Qué está pasando Alicia? —preguntó Natasha asustada—. ¿Qué era eso de que encontraste a otra? ¿Otra qué?

—No te puedo contestar todo ahora mismo Natasha, simplemente tienes que saber que estás en peligro, en grave peligro.

—Pero…

—Escucha, te prometo que cuando estemos en un lugar más seguro te explicaré todo, por ahora confía en mí.

         Natasha iba a protestar pero se dio cuenta que Alicia desviaba la mirada hacia la entrada, en donde acababan de pasar dos chicos.

—¡Gracias al cielo! — exclamó mientras se levantaba e iba hacia ellos.

        Natasha miró a los chicos. Uno era alto y rubio, parecía tener unos dieciocho años, mientras que el otro era un poco más bajo y con un cabello castaño y aparentaba unos quince. Ambos lucían un cuerpo bastante atlético, como si entrenaran muy a menudo.

        Alicia los saludó de manera rápida y los guio hacia la mesa.

—Natasha, estos son Paul y Daniel — dijo mientras señalaba al rubio y al castaño, respectivamente.

—Hola Natasha —dijo Daniel sonriente, Paul solo se limitó a saludar con la mano—,¿entonces esta es la nueva? — preguntó.

—¿Puedes ser un poco más indiscreto? —le dijo Alicia irritada—. Además no es como si la haya puesto al día.

Peligro (la mentalista #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora