Capítulo 19

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—¡Vamos, con más fuerza Natasha! —gritaba Tara mientras la observaba entrenar.

        Habían pasado cuatro semanas desde el comienzo de estos entrenamientos y Natasha estaba sorprendida de  lo mucho que había progresado. Lanzaba golpes hacía el maniquí casi sin pensarlo y veía una fuerte aprobación en la mirada de su entrenadora. Había aprendido varias técnicas de combate y poco a poco se sentía más segura de defenderse por sí misma.

        Por supuesto el hecho de que estuviera saliendo casi cada noche a combatir con rastreadores reales era de gran ayuda. Poco a poco, junto con Paul, estaba perdiendo el miedo a estas personas. La última vez se pudo enfrentar a tres sola. Paul estaba sorprendido, dijo que nunca había visto a alguien pelear de esa manera.

        Pero no todo estaba mejorando en su vida, pensó mientras continuaba golpeando a su oponente de plástico, el entrenamiento con Kate no estaba exactamente mejorando. Podía controlar su telequinesis de manera razonable, levantaba objetos pesados sin ningún esfuerzo; sin embargo cuando Kate se los lanzaba era incapaz de detenerlos, como lo hacía con las balas.

        Kate también comenzó a entrenar su habilidad telepática y hasta ahora no había dado ningún resultado. Desde que se activó en aquella pelea con los rastreadores, esta habilidad seguía siendo intermitente. Se encendió una tarde en la cafetería y tantos pensamientos juntos hicieron que Natasha tuviera una jaqueca, luego se apagaron y volvieron a encenderse en una de sus extrañas citas con Paul.

        Citas. Así le llamaba el chico sarcásticamente a esas noches en las que salían a “rastrear rastreadores”. Natasha no estaba segura de su relación con Paul, pero últimamente pasaban muchísimo tiempo juntos. El guardián almorzaba con ella, Daniel y Alicia; y en los fines de semana pasaban la tarde en el tejado. También notaba que el refugio en general se daba cuenta de esto. Unas chicas de aproximadamente trece años la miraban extraño al pasar e inclusive susurraban cuando la veían caminar.

Alicia las llamaba “el club de fans de Paul” y Natasha confirmó que esa era la razón de su odio en uno de los momentos en que su segunda habilidad estaba despierta.

—Muy bien, creo que es hora de que se enfrenten cuerpo a cuerpo —les informó Tara.

        Natasha y Lisa se pusieron frente a frente. Ambas ya estaban acostumbradas a esto. Lo hacían una vez por entrenamiento. No estaba permitido usar habilidades, únicamente lo aprendido en este gimnasio, Tara repetía las reglas aunque Lisa y Natasha ya las sabían de memoria.

        Lisa se le lanzó rápidamente, ella también había mejorado su habilidad de combate de manera sorprendente, aunque para Tara esto no fuera suficiente. Desde el primer día había estado presionando a Lisa de una manera más cruel que a Natasha, pero esto no había sido un impedimento para que la joven aprendiera a luchar. En un segundo  había derribado a Natasha, pero esta ahora sabía cómo proseguir. Rápidamente se incorporó y lanzó un golpe hacia su compañera, quien rápidamente lo esquivó y lanzó una patada.

        La verdad era que estas peleas se estaban volviendo cada vez más reñidas, las dos conocían sus movimientos y sabían cómo bloquearlos. La cuestión de quien ganaba y quien perdía se había convertido en quien tenía la mayor suerte en esa mañana, en este caso había sido Natasha, quien al ver a Lisa vacilar le lanzó un puñetazo a su boca, provocando que sangrara.

—¡Lo siento! —dijo en un tono sincero—. No creí que el golpe estuviera cargado con tanta fuerza.

—No hay problema —le respondió Lisa mientras se tocaba su labio—. Ya sabes que se arreglará.

Peligro (la mentalista #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora