Capítulo 25: Un atardecer inolvidable

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Las clases habían terminado y yo ya había tomado una decisión. Me iría de The Rocks. Mis amigos sabían al igual que Carla y Christian. Era una muy buena universidad en Londres. Estudiaría toda mi carrera y tenía planeado también vivir allí. Iba a ser algo duro alejarme de todos, pero me tenía que acostumbrar si de verdad quería un cambio, necesitaba salir de ahí y vivir una vida diferente. Comenzar de nuevo. Conocer a nuevas personas, perfeccionar mis estudios y tal vez conseguir el amor. No tenía apuro en lo último, esta vez todo saldría como el destino quisiera. Los extrañaría a todos, pero los vendría a visitar cuando pudiera, eso fue lo que me hicieron prometer. Todo estaba listo y yo tenía que partir en dos días. Me habían aceptado en la universidad y hasta tenía beca. La suerte estaba de mi lado. Después de lo que pasó con Alex hace unas semanas quede devastada y ese fue el impulso que me hizo tomar esta decisión. Estaba segura de lo que estaba haciendo y era lo que realmente quería. Prefería pensar que esta era una lección más de la vida.

Los últimos días había estado como mis amigos y Christian, según ellos querían disfrutar conmigo antes de que me fuera. No me dejaban en paz un solo segundo y eso me agradaba, me hacía sentir querida. A diferencia de cómo me hizo sentir Alex esa noche. No le había contado a nadie lo sucedido, ni siquiera a Anna, me da vergüenza.

Salí a comprar algunas cosas que me faltaban para mi viaje. Eran como las 6 de la tarde y decidí después de eso tomar un paseo. Ayer Dan, Anna y Paul habían estado algo extraños, no sabía si era por el viaje, pero preferí ignorarlo. No había nada que ellos pudieran hacer para detenerme. Estuve pensando todo el tiempo en lo que haría cuando llegará. Me emocionaba mucho la idea de una vida completamente diferente. Las horas pasaron volando y cuando me di cuenta eran las 9 y había recorrido prácticamente toda la playa hasta la parte desolada. Volví a casa y me quede profundamente dormida.

Mi corazón sanaría con este viaje, lo presentía. Podría mirar hacia el futuro y olvidar el pasado. Era lo que más anhelaba.

-¿A qué hora sale tu vuelo mañana? –me preguntó Carla mientras desayunábamos.

-A las 7 de la noche –respondí- Tendré que estar en el aeropuerto una o dos horas antes.

-¿Necesitas que te llevemos?

-No, gracias –sonreí- Recuerda que me llevaré mi auto.

-¿Cómo? –preguntó Carla confundida.

-Si, lo llevaré. Me cobran más, pero quiero estar con mi auto y papá dijo que sí.

-Oh, excelente.

Christian apareció por la cocina.

-¿Estás segura de que no quieres que te acompañemos? –preguntó papá.

-Estoy segura. Me pondré nostálgica si me despido de todos allá, mejor lo hago aquí.

-Está bien, pero hoy tendrás que pasar todo el día conmigo.

-Estoy ansiosa.

Subí a cambiarme y salí con Christian. Fuimos al cine, comimos unos helados y hasta me compro ropa. Eso si que era bueno. Se notaba que me iba a extrañar y quería darme de todo antes de que me fuera. Él sabía que no había pasado mucho tiempo conmigo desde que se casó con Carla, pero no me importaba, tenía a mis amigos y con ellos me sentía bien. Bromeábamos y reíamos en todas partes. Si lo echaría mucho de menos, a todos.

Cuando llegamos a casa todas las luces estaban apagadas, era raro porque se supone que Carla tenía que estar allí. Christian no lucía preocupado, pero yo no podía evitar estarlo. Abrimos la puerta y de repente todas las luces se encendieron y escuché a una multitud de personas gritar “¡SORPRESA!”.

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