Capítulo 55

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POV LOUIS

En estos días, había aprendido a manejarme con las muletas que me dieron en el hospital. Todos habíamos parecido ser muy listos al pensar que lo mejor sería quedarme en casa de Trish porque tenía un sofá-cama en la planta de abajo y un pequeño baño, sí... pero no tenía ducha; la ducha estaba en el de arriba. La primera vez que tuve que subir todas esas escaleras fue de risa. Ahora, ya me era algo más habitual, aunque seguía siendo una pesadilla para mí. El tener que andar sobre un solo pie y no poder apoyar las dos manos, afectaba a mi equilibrio. Trish había vuelto a las clases y, en ese momento, estaba en la universidad, con lo que debía de subir solo. A ella no le gustaba pero a mí me gustaba menos oler como un cerdo. Cuando llegué arriba me puse las respectivas bolsas de plástico en la pierna y en el brazo, para que no las entrara el agua, y me duché. 

Salí con la cabeza aún húmeda pero antes de bajar las escaleras, giré mi cabeza en dirección a la habitación de Trish. Era como si me estuviera llamando a entrar. La puerta estaba un poco entreabierta. Pasé con curiosidad, hacía mucho que no estaba allí dentro. Todo estaba ordenado perfectamente, cada cosa en su sitio, como siempre. Nada comparado con mi habitación. Encontré la carta que le escribí por su cumpleaños encima de su mesa de estudio, justo en el centro, como si la hubiera depositado ahí delicadamente. Tal vez fuera cierto que le hubieran gustado las tres pares de palabras que le escribí a las dos de la mañana. 

Seguí mirando la habitación por encima. Era tan 'Trish' que la podías ver perfectamente sentada en esa silla, con los codos apoyados sobre la mesa y el bolígrafo entre sus dientes mientras estudiaba. Lo que más me gustó fue que nuestra foto la había colocado en su mesilla de noche. Me acerqué y agité la bola de nieve, con nuestras caras dentro. Yo salía horrorosamente mal pero ella... ella era perfecta. La supuesta nieve me hacía recordar las calles de Edimburgo, donde fue tomada esa foto. Ese viaje fue tan real... Fue lo más emocionante que hice en mucho tiempo. Allí no había problemas, no había accidentes de moto, no había amigos que quisieran matarte, no había madres dando por culo... éramos sólo ella y yo, en nuestro universo paralelo. Miré el objeto con cierta nostalgia. 

-Si pudiéramos retroceder en el tiempo...

Estaba a punto de salir de la habitación cuando un ruido llamó mi atención. Me giré tratando de averiguar de dónde provenía aquel sonido y descubrí el móvil de Trish sobre la otra mesilla de noche. Se lo había dejado olvidado y parecía que alguien no paraba de mandarle mensajes. ¿Quién sería? ¿Quién coño insitía a Trish con tanto mensaje? La curiosidad me pudo y cogí el móvil, (otros lo llamarían celos). La contraseña era fácil, 1995, el año en que nació. No muy brillante para ser Trish Parker, estudiante de Psicología en la Universidad de Cambridge. Para mi asombro era su madre. ¿Qué coño querría? Me metí en la aplicación y leí la parrafada que le había mandado.

-Hola cielo, como estas? 

-Puede que esto te suene un poco raro pero me han ofrecido una especie de contrato con Pure Mode

¿Qué cojones era Pure Mode?

-tengo que estar ultimando unos detalles porque esto es algo grande y me voy a pasar aquí una semana más

-no te preocupes por mi, estare bien

-espero que te estes apañando sola en casa

-y que no te estes metiendo en problemas

-y que estes estudiando

-y que estes cerrando la puerta con llave por las noches

Fast: IncinerationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora