Prólogo

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Me encantaría que votarais y comentarais en los capítulos para saber si os va gustando la historia. Muchas gracias por leer :)

Hermoso el cantar de los pájaros, ¿verdad? El sonido de aquellas pequeñas aves siempre me había despertado los fines de semana cuando aún estaba en el instituto. Yacía en la cama, con la mirada perdida en el techo, hasta que su piar llamó mi atención. Me deshice de los cojines que cubrían mi cuerpo y me acerqué a la ventana. En otro tiempo hubiera disfrutado de la vista: árboles, pajarillos revoloteando, un campo enorme, un cielo azul, sensación de libertad... Ahora lo único que era capaz de ver era verde, verde, y más verde. Me había cansado del campo. Llevaba toda mi vida viviendo en uno y era feliz, hasta que probé la vida en la ciudad.

Las ciudades te cambian. Cambridge me había cambiado. No era consciente de lo vacía que estaba mi vida hasta que llegué allí. Me hacía falta vivir experiencias y en Cambridge las había vivido. Eso me había hecho crecer como persona y dejar de verme como una niña.

Cuando empecé la universidad me creía alguien mayor e independiente, pero no era más que una ilusa que no tenía ni idea de la vida real. Las experiencias me habían quitado la máscara de adolescente mimada y estaba comenzando a descubrir los peligros de la vida real.

Pero, aunque las experiencias te hicieran valorar más lo que tenías y entender nuevas cosas de la vida, también podían amargarte. De todo lo que me había pasado, lo peor había sido marcharme de esa ciudad. Era lo que más daño me había hecho. Me sentía vinculada a Cambridge y a todo lo que había allí y nunca perdonaría a mi madre por lo que hizo.

Aún no podía creerme que me hiciera irme de allí para volver con ella a Nottingham. Después de todas las horas gastadas estudiando porque ella me quisiera ver en la universidad más prestigiosa del mundo ¿me hacía volver a esta casa en las afueras? Y no sólo eso, me obligaba a seguir asistiendo a clase. Había estado dos malditos meses viajando en tren todas las mañanas hasta llegar a la universidad. Dos horas de viajes, cuatro en total, entre ida y vuelta. Uno de esos días volví en coche porque no podía dejar mi Ford más tiempo en las calles de una ciudad en la que no vivía. No creía que mintiese si dijera que había sido el peor par de meses de toda mi vida.

Ahora, estábamos haciendo las maletas para regresar. Por fin volvería a vivir en Cambridge y no aguantaba más para pisar su suelo. Mi madre seguía empeñada en que viviría con ella de ahora en adelante y por más que intenté dejar de hablarla, llorar delante de ella y boicotearle el encontrar casa, nada sirvió. Había comprado una nueva casa, unifamiliar, en un entorno 'normal y pacífico', según ella.

Ashley se había tenido que ir a vivir con Nick a la casa que tenían sus padres a las afueras de la ciudad. De esto me enteré en el camino a Nottingham, porque en cuanto llegué aquí, la primera semana, mi madre me quitó el móvil. Como yo me había vuelto a Nottingham a Ashley no la dejaron vivir sola en nuestro antiguo apartamento, y menos después de lo que pasó.

Dos meses y aún no habían descubierto al culpable. ¿Se podía ser peor agente? Estaba harta de aquel tema, me sacaba de mis casillas. Ese robo había sido el principio de mis problemas. ¿O había sido cambiar de grupo de amigos?

Desde lo ocurrido, Zayn no había intentado hablar ni conmigo ni con Ashley. Parecía como si la tierra se le hubiera tragado, como si le hubieran borrado del mapa. Era tonta, y me preocupaba por si le había pasado algo. Seguía esperando que me pidiera perdón, pero no lo había hecho. Imaginaba a Zayn como una buena persona, amable, cariñosa, que sabía reconocer sus errores y pedir disculpas por ellos, pero me equivocaba. Toda su imagen había sido una farsa.

Louis tampoco llamó. ¿Me fastidiaba? Sí. Un poco. El último recuerdo que tenía de Cambridge no era el cartel con el nombre de la ciudad tachado, era él. Él besándome. Él provocándome mariposas en el estómago. Él era mi último recuerdo. Le llamé un par de veces después de llevar una semana aquí y acabé cortada por el contestador en todas ellas. No contestó ninguna. No intenté contactar con él después.

Me sentía como una imbécil. Una imbécil que había sido utilizada por un par de idiotas y que se habían reído en su cara. Lo que había hecho Zayn no merecía mi  perdón y a Louis no le entendía. Nunca lo había hecho y ya me había hartado de sus juegos. Quería pasar página y olvidar todos esos malos momentos, los días de angustia, las peleas, las carreras, la noche en comisaría... Todos esos recuerdos los quería fuera de mi mente, porque eran experiencias que no quería volver a repetir. Y a esto era a lo que me refería exactamente antes. Esos eran los tipos de experiencias que me habían hecho madurar, que me habían hecho fuerte. Tendría narices que encima tuviera que darles las gracias por ayudarme a crecer.

-¡Trish! ¿Estás preparada?- mi madre gritó desde la planta de abajo.

Hoy era el día. Hoy volvíamos a Cambridge.

-Llevo preparada dos meses...- susurré.

¡Ya he vuelto! :) Después de unas largas dos semanas, aquí tenéis el nuevo libro. Muchas gracias por hacer que Fast llegara a las 100 000 lecturas. Sois increíbles.

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