CUARTA PARTE: LA NUEVA SOCIEDAD

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RECONSTRUCCION

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RECONSTRUCCION

La hermandad pasaba por uno de sus momentos más difíciles, en el pasado habían enfrentado retos enormes de parte de enemigos formidables, al punto de llegar al borde de su aniquilación. Pero jamás encararon aquello que vivían en ese punto de su historia: una traición en su círculo más interno, un miembro principal convertido en apóstata. En todos aquellos siglos, ningún heraldo había renegado jamás de su fe.

La inmolación de toda su dirigencia causada por su propio líder, se constituyó como una estocada mortal, que los había llevado a las puertas de la muerte.

Lo que les parecía atemorizante y monstruoso, es que nadie vió venir ese golpe devastador, ni siquiera "Él". Así que luego de la tragedia que acabó con todos los heraldos, recibieron la orden de abandonar aquel país para reagruparse en Silveria, esto fue básicamente, una huida cobarde.

Así "N", una vez instalado en aquella ciudad, cuya frescura le resultaba aborrecible, resolvió tomar las riendas de la hermandad como el nuevo heraldo. Con la ayuda de la madre de su huésped y el verdadero padre de la joven, empezaron a reorganizar al primer círculo o coro.

Desconocían quienes eran los otros miembros que residían en aquel país debido a que esa información solo era conocida por el heraldo que se llamaba Nahúm Soriano. Éste había perecido carbonizado en aquel incendio.

Buscar a los miembros perdidos a través de sus poderes podía funcionar, pero lo que más le urgía era volver a contactar a "su padre" para saber cómo proceder a partir de ahí.

Fue entonces que cayó en cuenta de las secuelas más devastadoras de la traición. Debido a que no se realizó el ritual de traspaso del viejo heraldo al nuevo, la comunicación con su fuente de poder se había perdido. Tal vez para siempre.

Intentaron traspasar el umbral con las palabras de siempre, pero solo obtuvieron silencio.

A veces en sueños podía desvelar algún indicio, pero no era lo mismo. Luego de un año en aquella ciudad, y para guardar apariencias se inscribió en la Universidad para iniciar una carrera.

Con el tiempo, pudo contactar a viejos miembros de la hermandad: a un sujeto con entrenamiento militar, que había sido su rastreador, y una bailarina de una orquesta, ambos se habían mudado a Silveria casi al mismo tiempo que la familia de Fabiola.

Pero la falta de comunicación lo tenía en estado de preocupación constante.

La madre de su huésped, y acólita, tuvo una idea inspirada: utilizar una tabla Ouija para taladrar la barrera, pero lo único que obtuvieron fueron mensajes bizarros provenientes del bajo astral.

Más tarde reunieron a dos miembros más: a un contador, y a una misteriosa mujer que vivía en el país de donde habían huido, pero que siempre estaba disponible para asistir a los aquelarres de la hermandad.

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