El linaje de los leones de hielo

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En Fischerland, el barco desembarcó como pudo. El hielo y el frío impedía avanzar a Eisfeld, sobre todo para esos marineros del atlántico. Patrius tenía un aspecto deplorable para la mentalidad paternal. Mientras que Pater tenía tierras verdes y campos enteros de ciudadanos, Patrius estaba sepultada en hielo blanco y despoblada. Blaise y Simon se esperaban que la gente estuviera en sus casas o en la capital, pero, después de mucho pensar, se percataban de que ya de por sí pocos eran los ciudadanos que poblaban la fría ciudad. Y más durante la constelación de Capricornio. Las casas eran de piedra, las calles tenían poca iluminación porque no había farola que durase lo suficiente para dejar ver una calle en la nieve, y la combinación de nieve y tierra del suelo hacía que la caída de muchos borrachos sea una suave y acolchada tumba de hielo. Había que beber, pero excederse y dormir en la calle era como lanzarse al agua helada desnudo pero siendo un sufrimiento más duradero.

El hielo volvía locos a los ciudadanos. La impresión que Simon se llevó fue de las más negativas. Blaise, sin embargo, veía otra cosa; Sus ojos estaban acostumbrados a la felicidad que irradiaban los colores de Ciel: el azul del río y del cielo, el blanco de las nubes, el negro de la ciudad, el verde del campo, el amarillo de las flores... Pero, al ver el cambio a la gama fría, los sentimientos más hastíos y oscuros de Blaise despertaron. Simon podía ver como la expresión facial de Blaise parecía congelada de forma traumática. Parecía atónito pero no era sorpresa, parecía asustado pero no era miedo, parecía desolado pero no era tristeza. Era un cúmulo de emociones contradictorias que colapsaron la mente de Blaise.

–¿Alguna vez viste este sitio?–Preguntó Simon–Pareces reconocerlo.

–Sinceramente no. Pero tengo la sensación de que este sitio me recuerda todo lo malo que me ha pasado en la vida pero con un aire embellecedor.

–No entiendo.

–Mira esta metáfora: Como si el recordar un tajo de una diamantina espada enjoyada formulara canciones armónicas de pesadillas en tu cuerpo.

–Peor aún.

–Es muy difícil explicar la belleza a lo oscuro y lo frío con metáforas o conceptos.

–¿Tanto es?

–La comunicación es difícil. Hablar con la lengua es fácil, pero entender otra mente es imposible. Existe para ser complicada, eso nos hacer malentender.

–Ya hay traductores en las filas nobles.

–Grandes ellos, pero no hablo entre lenguas, sino idiomas. ¿Cómo existiría sino las guerras civiles?

–¿Malentendidos entre hermanos?

Patrius y Sobrinus.

–Entiendo. Pero con esa lógica, no entiendo.

–He dicho que comunicarse es difícil, no imposible. Entiendes lo que digo, pero poco.

–¿Y qué decimos si no lo entendimos?

–Miente o cree.

–Como la religión.

–Son lo mismo. Creación del hombre para entender. Ahí también está la ciencia.

–Te echaba ya de menos. Ya salimos de Fischerland.

En efecto, ellos no querían estar en Fischerland porque era un pueblo reservado a la pesca y el comercio con el continente y, sobre todo, la isla. Por desgracia, Eisfeld estaba en la dirección contraria a Flugderweißenschwan, pero necesitaban ropa que pudieran recoger de algún castillo. El inhabitado Castillo de Krieger era perfecto. El camino era más corto pero más helado y no había sitios cercanos en los que repostar durante la travesía hacia Flugderweißenschwan. Morirían antes de llegar. Rumbo a Eisfeld era difícil pero era mejor que elegir el camino sin protección. Como era de presuponer, les pilló una poderosa ventisca en el camino. Los cielinos no estaban acostumbrados al frío helador. Pronto, sus labios se tornarían morados, su piel blanca, sus dedos azules y sus ojos perderían sus colores poco a poco. Se estaban congelando. En su camino debían rodear una montaña no muy elevada que se encontraba al lado de un pueblo, pero hospedarse en el pueblo les llevaría más tiempo del que tienen. Los caballos no pudieron soportar el esfuerzo de la pendiente y el frío y cayeron. Blaise y Simon no pudieron hacer nada por ellos y tuvo que dejarlos ahí; Pertrecharon los suministros más importantes y continuaron la escalada.

La cruzadaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz