CAPÍTULO I

1K 17 18
                                    

"He cometido el peor de los errores que un hombre puede cometer.... No he sido feliz"

Jorge Luis Borges.

Mi nombre es Aurelia Castañeda, el apellido fue lo único que mi padre me dejó.

Crecí con mi abuela en una casa muy humilde que quedaba en un lugar alejado del pueblo. Mi abuela, mujer muy sabia, por algunos, llamada bruja, me enseñó todo lo que sé. Ser desconfiada, trabajar por lo que creemos vale la pena y también a curarme de algunas heridas.

De aquí parte la inequívoca idea de que ella, doña Alba, era bruja. Para mí era una ventaja, la gente del pueblo la respetaba y acudía a ella por un mal de ojo, una mordedura de serpiente, un parto y hasta por mal de amores.

Cuando cumplí mis 16, comencé a acompañarla más seguido al campo a buscar yuyos, a recorrer esos caminos polvorientos escuchando todo lo que significaba para ella la naturaleza, el respeto que le tenía.

¿Mencioné que mi abuela era india? Bueno, eso decía siempre ella, algo que a mi, me molestaba muchísimo, mi piel marrón, mis ojos grandes, pero cafés, mi cabello terriblemente ensortijado, pecas en mis mejillas, una mezcla de negro e india. Dios! Cómo lo odiaba, pero no me malinterpreten amaba a mi abuela, pero odiaba la forma en que en la escuela, los hijos de los mineros, se burlaban de mí, la forma en que los hombres, posaban su mirada sucia y libidinosa sobre mi cuerpo, hasta hubo quién se animó a decir una grosería, pero al momento, alguien le aclaró que era nieta de la bruja , y fue suficiente para que ese maldito cerrara su boca.

Pero en fin, lo de la escuela lo solucioné dejando de asistir a ella. Mi abuela solo dijo que todo me costaría el doble, y que, si entendía eso y lo aceptaba, estaba bien.

Seguí con mi vida, en invierno, juntábamos leña, nos sentábamos temprano junto al fuego, casi no salíamos. En verano, durante la siesta tan calurosa, me gustaba ir al lago, era transparente, sus aguas tibias, un paraíso, las ramas de los árboles rozaban su superficie y tenía una cadena de cuevas que yo me encargaría de descubrir. No tenía permiso de mi abuela porque ese lago llevaba muy bien puesto su nombre, lago de las almas, según ella, antiguamente se hacían todo tipos de rituales allí, ceremonias indias y luego, los mismos esclavos lo tomaron para sus cosas vudú.

También tenía leyendas muy lúgubres, que daban miedo en serio, cuando era más pequeña, solía escucharlas de boca de mi abuela, pero luego, llegué a la conclusión, de que pretendía evitar que me escapara a la siesta.

Se decía que todas las almas de los difuntos que no descansaban en paz, nadaban en sus aguas, por ello al acercarse a las cuevas, ésta, pasaba de cálida a gélida.

Que si necesitabas un sicario, allí lo podrías obtener siempre y cuando supieras el ritual adecuado.

También, corría la historia, que, a más de uno, se le pego un alma o lo siguió un buen trecho, solo por haberse quedado hasta la noche allí

Dicen, que las cavernas son largas y los que las exploraron, no volvieron, solo uno volvió y estaba loco de remate, el viejo Dimitry, todos contaban que siendo muy joven, trató de conseguir el amor de una muchacha del pueblo, fue hasta las cavernas y por consejo de una bruja, debía seguir hasta donde el lago desembocaba en una cascada, nadie llegó hasta allí, en ese lugar el demonio reinaba y podía hacer un trato con él, el asunto terminó, cuando el demonio conoció el deseo de Dimitry y quiso a la muchacha para sí.

Atormentó al pobre viejo con almas en pena y usó un sicario infernal, para que terminara de enloquecer, así siempre lo contaba el viejo, cada vez que conseguía quién lo escuchara.

Nunca creí del todo la historia, pero jamás me quedé en el lago cuando caía la tarde. Pero si exploraría, de día las cavernas.

Una siesta de verano, fui al lago, me arrojé a sus aguas cálidas y me sentí libre. Cuando me termine de quitar la ropa húmeda y quedé solo con los interiores, escuché voces, no podía ser, quién más vendría en mitad de la siesta? Me sumergí debajo de una saliente de rocas, y podía ver a los intrusos. Dos chicos, Vitorio y su hermano Murilo, y junto a ellos los acompañaba Alma, esta chica en especial, era muy bella, su cabello siempre arreglado, su aspecto impoluto, la envidiaba profundamente, por más que trataba nunca podía lograr ese aspecto de princesa que ella siempre lucía.

Los muchachos tendrían como veinte y dieciséis, ella, mi edad. En mi escondite no podía durar mucho, me empezaba a inquietar, mi desnudes, mi mal escondite, todo.

"Será cierto lo que cuentan las leyendas? ". Alma preguntó.

" Seguro que sí, cuando te acercas al agua, y te concentras en tu reflejo, puedes ver algunas almas". Murilo, rió, incómodo con sus propias palabras.

" Son solo mitos, cómo se podría reflejar un alma? Piensa, Murilo."

Vitorio, era ya un joven maduro, mientras que Murilo, solo era un adolescente tonto e inmaduro.

Alma se acerca a la orilla y me mira largamente hasta que sus ojos se acostumbran a la sombra que da la saliente, luego, emite un chillido agudo que casi me mata del susto, "es un alma!, es un alma"! Histérica, casi cae cuando retrocede. Vitorio se acerca y mira, yo no me muevo por las dudas, " es solo una muchacha asustada Alma, por Dios, que exagerada, esta muchacha solo toma un baño"!

Murilo se acerca y me observa de manera burlona, "vaya, si que nos asustaste, Alma se comió toda la broma, salí de ahí."

Al principio ni me moví, pero me dí cuenta que era en vano, los tres ya me habían descubierto y parecía una tonta, ahí, mojada.

Salgo y con la mayor dignidad, me cubro, me miran, Alma con.... lástima?, Vitorio indiferente y Murilo, se ríe," es la bruja!, la de la cabaña en el campo!"

" No digas eso Murilo, cómo te llamas?" Alma parece sincera, "Aurelia", junto las cosas y salgo corriendo, tras de mí, las risas y Murilo gritando, " bruja, bruja, dame una pócima para ser más apuesto!"

Esto no me lo olvidaría jamás, trío de tontos, ya le mostraría, que tan bruja podía ser.

Llegué agitada a mi casa, las palabras retumban en mi oído, la abuela me encuentra en ese estado, "dónde estuviste?, en el lago, verdad? Te voy a decir algo Aurelia, respeta más, el lago de las almas no es un lugar de juegos, cosas extrañas pasan allí y su energía puede ser buena cuando tienes el conocimiento, o muy mala si lo tomas a la ligera."

Solo asentí, quería quedarme sola, llorar de vergüenza, vengarme...

EL LAGO DE LAS ALMASWhere stories live. Discover now