Epílogo

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Hoy saldría del hospital, después de una larga semana de tanto esperar. Hoy regresaría a mi casa, el lugar donde Mateo me convenció y me engañó de una supuesta fiesta.

A veces me pregunto si realmente lo amé, tal vez solo fue parte de mi engañó o tal vez...si llegué a sentir algo por él.

Dejó esos pensamientos atrás para enfocarme en lo que sucederá ahora, puede que en algún momento logre olvidar a Mateo y comience una vida con alguien que realmente me aprecie.

Con ayuda de mis padres subí las escaleras para llegar a mi habitación y descansar un poco.

Mis padres me hicieron varias preguntas, las cuales tuve que mentir ya que no iba a decirles lo que me había sucedido, algo dentro de mí sabía que no debía hacerlo.

Muchas de las personas que no había visto hace mucho tiempo, fueron a visitarme al hospital, era extraño, seguramente mi madre les había contado lo sucedido. No la culpaba, había estado desaparecida varios días.

Me dediqué a acomodar mis cosas de mi habitación, mi madre dijo que eso haría que mi mente se olvidara de lo que me estaba preocupando.

Comencé a sacar varias cajas de mi armario y me puse a leer varias cosas que tenía guardadas.

Me estaba riendo de una carta que me hizo mi amiga hasta que encontré un paquete, se veía bastante viejo.

Lo tomé con mis dos manos y dudé por unos segundos si debía abrirlo, pero decidí que tenía que abrirlo.

Abrí la caja que estaba dentro del empaque y encontré un hermoso collar adentro, también había un sobre con un sello de cera.

Tomé el sobre y había una carta con una hermosa letra que decía:

"Hoy no es cualquier día, hoy puedo escribirte lo que siento por ti sin tener miedo de lo que dirás. Puede que resulte buena idea, o tal vez sea la peor idea que pude haber hecho..."

No pude terminar de leer la carta porque alguien tocó la puerta principal de mi casa.

Mía ve a abrir la puerta, estoy dándole de comer a tu hermana. - Hice lo que me pidió, pero antes de salir de mi cuarto guardé todas las cosas que había sacado.

Volvieron a tocar la puerta una vez más. - ¡Bajo en un segundo! - Grité bajando las escaleras rápidamente.

¿Podría ser Mateo? ¿Acaso el está vivo?

Al abrir la puerta me encuentro con...¿la policía? - Disculpe señorita Mía, necesito que nos acompañe.

¿Qué pasa? - Preguntó mi madre detrás de mí. - ¿Hay algún problema, oficial?

Según la investigación, su hija forma parte de los asesinatos de la mansión de la familia Evenson. - No podía creer lo que el policía estaba diciendo.

Debe de haber un error, mi hija no pudo haber hecho eso. - Protestó mi madre.

Las pruebas dicen lo contrario. - El oficial le comentó a mi madre lo que sucedería y me llevaron en la patrulla a un gran edificio.

Me tuvieron esperando unos minutos en una habitación con solo una silla, me senté en ella.

Alguien abrió la puerta, traía una silla en sus manos y la colocó enfrente de mí, se sentó y se quedó un momento examinándome.

Espero que me expliques lo que sucedió. - Dijo sin dejar de mirarme. - Empezaré diciéndote qué estás haciendo aquí.

Se acomodó en su silla y volvió a hablar. - Después de investigar todo lo que rodeaba esa mansión, encontramos pruebas de los supuestos asesinos, entre ellos estás tú.

No aceptes a un desconocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora