Sinopsis

15.3K 1K 325
                                    

Halloween, para los que unos puede ser ir a buscar dulces, para mí es esperar en la puerta para recibir a los niños y entregarles dulces. 

Un chico disfrazado de vampiro, mostrando más abdominales que colmillos se acerco sonriéndome de lado haciendo que me sintiera ruborizada y como si me faltara aire.  - ¿Estás disfrazada de conejita de Playboy? 

Alcé una ceja mientras él examinaba mi cuerpo - Estoy disfrazada de bruja. - señalé mi sombrero. 

A mi no me engañas, no tenías orejas de conejo entonces te pusiste un sombrero. - dijo recargándose en la puerta, sus abdominales estaban demasiado cerca. 

¿Lo conquisto o me busco a un policía nalgón? ¡Conquístalo! Mi diablo ordenó riendo malvadamente en mi mente, de seguro mi ángel estaba de vacaciones. 

¡Me atrapaste! Descubriste mi secreto, si soy una conejita de Playboy. - Me acerqué más a sus abdominales. - Dime vampiro, ¿me vas a morder o vas a esperar a que te deje entrar? 

Prefiero invitarte a una fiesta, ¿aceptas? - Preguntó alzando una ceja. - Da mucho miedo ese lugar, tal vez es demasiado para una conejita. 

Por favor, nada es demasiado para mí - Dejé la canasta de dulces a un lado para después salir y cerrar la puerta. Nos acercamos a un coche muy lujoso, se veía demasiado costoso. 

Me gusta que sea negro - Comenté mientras él me abría la puerta, me acomode en el asiento, el interior era muy elegante. - No vayas demasiado rápido, apenas puedo soportar la velocidad con la conduce mi papá. 

Está bien, iré despacio - Su voz no me convencía, tenía algo en ella que mentía, ¿por qué acepté venir? 

Arrancó e íbamos a una velocidad normal, la soportaba sin ningún problema, pero cada vez nos íbamos alejando cada vez más de la ciudad, mis manos comenzaron a sudar mientras me arrepentía de haber aceptado venir.  Llegamos a una casa muy grande con un aspecto espeluznante. En toda la casa solo había una luz prendida en la planta alta, no había nada alrededor. 

Me estoy sintiendo mal, ¿no me puedes regresar a mi casa?  - pregunté limpiando el sudor de mis manos. 

Pero si apenas llegamos, créeme, no te arrepentirás - Dijo mirando como mis manos temblaban. 

Decidí salir del coche y seguirlo hasta la entrada, abrió las dos puertas haciéndose a un lado para dejarme entrar, sentía como mis piernas estaban temblando. La luz estaba apagada, decidí quedarme cerca de la entrada hasta que el prendiera la luz con dos aplausos. 

Y ¿dónde está la fiesta? - Pregunté tratando de actuar normal, él estaba sirviendo un líquido en una copa. 

Se giró para verme con una sonrisa. - La fiesta es para mí, - Miró a su reloj y me volteó a ver a mi quitando la sonrisa de su rostro. - Tienes diez minutos para esconderte. - tomó un poco del liquido, dejó la copa en la mesa y aplaudió dos veces haciendo que la luz se apagara


No aceptes a un desconocido.Where stories live. Discover now