VI

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Mire la pantalla digital y habían un par de letras sin sentido, hasta arriba decía: ¿Cuáles son las letras que faltan?

Había un espacio entre algunas letras que eran.

U D T C C _ _ _ N D.

¿Qué carajo? - Gritó la chica que tenía la cara quemada. - ¿Qué es esto?

El agua ya llegaba más arriba de mis piernas y aún no tenía idea de lo que tenía que ver esas letras. La cápsula de la chica que estaba llena de moretones se abrió y el agua comenzó a salir. - Les queda poco tiempo antes de que las pirañas salgan en cada una de sus cápsulas. - La voz de Mateo nos puso nerviosas a todas las que seguíamos adentro de las cápsulas.

¡Piensa Mia! - Me dije una y otra vez para poner atención y concentrarme en salvar mi vida.

Cada vez que intentaba pensar Mateo llegaba a mis pensamientos. - ¡Maldito Mateo! - Al pensar eso me acorde cuando el me contó para esconderme y era eso lo que necesitaba.

Todo se fue aclarando al ver las letras demasiadas veces, mientras el agua ya llegaba a mi pecho ya tenía la respuesta.

Es una secuencia, una secuencia de números.

¡Uno Dos Tres Cuatro Cinco Seis Siete Ocho Nueve Diez!

Había un teclado y en el introduje las letras: S S. Pero el agua ya estaba rebasando mi cabeza y no podía alcanzar a poner la letra O, respiré profundamente y me sumergí en el agua, apenas puse la O y la cápsula se abrió dejando salir demasiada agua que se fue por la coladera.

Me quede tirada en el piso como pez mientras que veía como las demás se estaban ahogando en el agua y no podían salir de la cápsula. Trataron de golpear el cristal, pero era imposible salir. Quedaba poco para que las cápsulas se llenaran de agua, me levanté para observar lo que estaba sucediendo frente a mis ojos. En cuestión de segundos la cápsula se llenó y comenzaron a salir las pirañas y el agua de ser transparente se volvió en un mar de sangre, no pude quedarme viendo eso y me giré para vomitar, era tan desagradable el ver como las demás chicas disfrutaban ver a las pirañas devorar la carne de esa pobre chica. Ya solo quedábamos nueve chicas vivas.

Los hombres armados regresaron por nosotras, nos taparon a todas los ojos y nos pusieron a caminar, mi cuerpo ya estaba muy cansado, yo estaba demasiado agotada. Unos brazos me jalaron en un abrazo y escuché como la puerta se cerró. Me descubrió los ojos y vi a Mateo con una sonrisa pervertida.

Iba a hablar, pero él ya había pegado sus labios con los míos, no iba a disfrutar esto después de ver tanto sufrimiento, pero se veía que él estaba muy entretenido jugando con mi cabello mojado mientras besaba mis labios. Lo separé para respirar y decirle unas palabras. - ¿Tienes mi vestido?

¿Para qué quieres tu vestido si te ves tan bien sin él? - Preguntó mirando mi pecho para bajar a mis piernas, esto era demasiado incómodo, pero a lo lejos pude visualizar mi vestido negro. - Tan sexy como a mí me gustan, conejita. - No paraba de morderse el labio inferior.

No le pregunté solo pase a su lado dispuesta a recoger mi vestido, pero él me empujó y caí en un sofá, él se encimó en mi y por más que intenté quitármelo de encima era imposible, él es muy fuerte, solo con ver sus abdominales sabes que es alguien con demasiada fuerza. - Te prometo que cuando todo esto termine yo seré la sobreviviente y me quedaré contigo. - Me acerqué a él para besarlo y él accedió inmediatamente, pero separó sus labios de los míos y los llevo a mi cuello. - Si tú lo deseas, seré solamente tu conejita. De nadie más, solo tuya.

Tomó mi cara con sus dos manos para besarme salvajemente haciendo que la herida de mi cachete volviera a sangrar, pero esta vez el chupo la sangre que caí. Parecía un vampiro, un verdadero vampiro, obviamente él no era un vampiro, era un demente enamorado de mi. - No tienes que prometérmelo, ya eres mía. Mi hermano no lo sabe, pero muy pronto lo sabrá y va a estar de acuerdo por las buenas o por las malas.

Se quitó y pude levantarme en el frío piso de esta habitación, no tenía que ver mis pies para saber que estaban destrozados, solo tenía que sentir cada pisada. Tomé mi vestido y me lo puse, pero no podía subir el cierre de atrás entonces decidí pedirle ayuda a Mateo. - ¿Me ayudas? - Estaba girada y sentí unas manos frías poniendo mi cabello a un lado, subió el cierre y me tomó de los hombros para dejar un beso que sentí como chupetón en mi cuello, pero después escuché como me susurró. - Mateo tiene razón, eres demasiado sexy. - No era la voz de Mateo, me giré y tampoco era el rostro de Mateo. Estaba segura de que él era Nathan y siendo sincera él era demasiado guapo al igual que Mateo, se parecían mucho, al fin y al cabo, eran hermanos. - Quiero seguir viéndote pelear con las demás chicas, me excita demasiado el ver como te pones salvaje al usar un arma y también me pongo demasiado celoso cuando besas a mi hermano, recuerda que esos labios pueden llegar a ser míos y Mateo no sabe con quién se está metiendo.

Mateo entró por la puerta y me vió con Nathan, frunció el ceño sin dejar de ver a Nathan. - ¿Qué haces aquí? Se supone que nadie debía verte.

Tuve que hacer una excepción por esta hermosura. - Nathan me guiñó el ojo y mi mirada se dirigió a los puños de Mateo, estaban cerrados y sus nudillos estaban blancos por tanta fuerza. - Creo que es momento que regreses al juego, hermosa. Las demás chicas te han de estar esperando.

Yo la llevaré. - Mateo podía volverse frío en cualquier momento y está es la primera vez que lo veía de esa manera, lo que pueden causar los celos. - Vamos, conejita.

Mateo tomó mi mano y me hizo caminar alejándome de Nathan que cuando lo voltee a ver me estaba guiñando el ojo. Mis pies descalzos podían sentir el frío piso cubierto de aguas sucias, llegamos a un punto en donde estaba cubierto de vidrio. Iba a pasar cuidadosamente, pero Mateo me agarró y me cargó como princesa, lo miré a los ojos y él tenía su mirada fija adelante, estaba pensando en algo. Cuando pasamos los vidrios me bajó cuidadosamente como si fuera de vidrio y me besó dejando salir sus celos en cada segundo que pasaba en el beso. Se retiró y abrí la puerta para encontrarme con la mirada asesina de todas las demás chicas.

Hola

¡Ya estamos conociendo a Nathan!

Love u

Lex

No aceptes a un desconocido.Where stories live. Discover now