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— Deberías aprender cuando un bebé tiene hipo, ya eres padre— le da ligeras palmaditas al pecho de Noah.

— No sabía que era lo que le pasaba Valeria, no soy adivino no estoy dentro de él— ella solo me mira y yo me pongo a arreglar el corral del bebé.

— ¿Sigues cuidandolo?— me pasa a Noah quien se empieza a inquietar—. Parece que ya no te quiere.

— Tiene que querer a su tío— empiezo a meserlo, ya se estaba acostumbrando a mi calor.

— ¿Cuándo vas a entender que es tu hijo Richard?

— Estoy tratándolos bien a ustedes, no hagas que cambie de opinión por el jueguito este que me estás haciendo Valeria.

— Entiendo, ya no te voy a joder más con eso, yo solo quiero que no te apartes nunca de Noah. Ya que yo no pude hacerte entrar en razón, sé que él lo hará.

— Yo le estoy cogiendo mucho cariño a Noah, nadie sabe si en un futuro lo adopte y le quiera dar mi apellido, pero eso hay que ganarselo.

— Si quieres háganse un ADN ahora mismo y te darás cuenta de que no estoy mintiendo Richard. Noah es tu hijo, yo estoy bien segura de ello.

— A mí ningún ADN me va a sacar la duda, ya te dije, no me jodas con eso— sostengo bien a Noah y lo llevó a la habitación para quedarme jugueteando con él.

Noah y yo nos quedamos dormido hasta la tardecita. Creo que durante todas estas horas dormí lo que Noah no me dejó dormir anoche.

— ¡Bañalo rápido!— Valeria entra a despertarnos—. Tengo que llevarlo a su cita con el médico.

— De acuerdo.

Lo baño, no había niño que amara tanto el agua como éste. Lo llevó a la cama para cambiarlo pero...

— ¡Noah!— empiezo a gritar, el bebé había embarrado la cama y mis manos de heces fecales—. ¡¿Por qué justo después que te baño?!

— ¡¿Qué sucede Richard?!— Valeria entra a la habitación preocupada.

— Tengo que bañar de nuevo a tu hijo— la miro por un momento, siento que este niño me está utilizando, como que con tan solo 3 meses sabía todo lo que estaba sucediendo a su alrededor—. ¿A quién salió tan cagón?

— Al padre— ella se ríe.

— Ya me imagino como debe cagar ese hombre— solo le respondo.

Tuve que volver de nuevo a bañarlo, con la cara de burlón que mira darían ganas de matarla pero es solo un bebé, no entiendo como puede saber tanto.

Salimos con Valeria a ver la doctora del bebé. Le compré dos helados a Valeria en el camino mientras le daba la leche a Noah, al pequeño manipulador.

Esperamos nuestro turno, sentía que nunca iban a atender al bebé, por un momento pensé que la doctora se había escapado por la ventana, literal.

Por fin la doctora nos había llamado. Esperé dentro y solo observaba como Noah se dejaba quieto para que su doctora lo revisara.

— Este niño cada vez está en mejores condiciones— la doctora dice y Noah solo tira patadas voladoras.

— Eso está excelente doctora— Valeria le hace mimos a Noah.

— ¿Es el padre?— la doctora le pregunta a Valeria de mí.

Valeria solo me mira.

— Si doctora, lo es.

— Tienen un niño sumamente inteligente, tiene una mentalidad extraordinaria a pesar de su corta edad, hay posibilidad de que a los 2 años sea un mundo completo.

— ¿Tan inteligente será?— le pregunto a la doctora.

— Si se ponen a observarlo bien, él hace cosas que un niño de 3 meses no puede hacer aún.

— ¿Hasta cagarme la mano?— le pregunto.

— Eso es normal en un bebé— la doctora me mira con seriedad y Valeria solo baja la cara de la vergüenza.

— Lo sé— no sé a donde esconderme—. Solo fue un chiste.

Ya estaba loco por salir de allí, juro que no volveré a una cita médica con Noah si sigue teniendo a esta doctora.

Volvimos al apartamento, Valeria estaba muy cansada, había tenido un día largo y acumulando todas las preocupaciones que tenía en mente.

— Creo que ya me tengo que ir— le digo—. Fue muy lindo pasar el día con Noah... Y contigo.

— A mí también me gustó verte cerca de Noah, es increíble como te ha tomado cariño— solo sonríe—. No te vayas, pediré pizza.

— No quiero preocupar a mis amigos— quería quedarme con ellos, sentía que mi corazón ya era parte de esa familia.

— La pizza llega de una vez, te la comes, te despides de Noah y listo, solo es una hora más.

— De acuerdo, me quedaré.

Me quedé un rato jugando con Noah, ya le había puesto su pijama. Valeria lo tomó para darle el biberón pero Noah seguía sin dormirse.

Valeria me pasó al bebé cuando escuchó el timbre, la pizza que pidió para la cena ya había llegado.

— Sostén a Noah un momento— me pasó al bebé que se removió al perder el contacto con su mamá.

Intenté sostenerlo bien, pero cuando quería acomodarlo en mi brazo su piernita se deslizó de mí mano y se me resbaló, cayéndose de mis brazos.

— ¡Te tengo!— exclamé al atraparlo.

— ¿Tienes qué?— preguntó Valeria al volver con la comida.

— N-¡nada! Solo jugaba con Noah— puse como excusa.

El corazón me latía a mil por hora y Noah me miraba con ojitos cómplices. Estoy comenzando a pensar que lo hizo a propósito para que su madre me matara si le era posible.

Una Fan Más |Richard Camacho| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora