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02:35 A. M.

No podía consiliar el sueño aún, Noah no había parado de llorar desde que despertó, el hacía falta el calor de su madre y no tenía la menor idea de donde encontrarla.

Le daba biberones de leche a cada ratito y ni así se quedaba quieto. Le hago mimos y llora más.

— Oye bebé, estás causando que este chico no pueda dormir— le hago mimos en la barriguita—. ¿Puedes dejar dormir a papá?— no fui consciente con lo que dije, salió de repente. El bebé dejó de llorar como por arte de magia y se quedó mirándome—. ¿Te gusta que te diga que soy tu papá?— Noah empieza a sonreír como si entendiera claramente lo que le estaba diciendo.

Juro que me lo comería a besos. Después que le dije que soy su papá se ha tranquilizado pero aún no se duerme.

11:58 A. M.

Ya me acababa de despertar, la única forma con la que pude conseguir que Noah se durmiera era ponerlo en mi pecho y repetirle toda la noche la canción Cometa.

Me levanté despacio y él se espantó pero no lloró. Lo tomo cuidadosamente para darle un baño. Todo el rato en que lo bañé no paró de mirarme y sonreírme.

— A ver, a ver, pero que rico huele el niño de tío— misteriosamente frunce el ceño, juraría que este niño sabe la diferencia entre papá y tío.

Escucho que tocan la puerta, dejo al bebé en la cama y abro.

— ¿Estoy molestando?— Valeria me sonríe.

— ¿Te volviste loca Valeria?— ella entra a la habitación sin haberle dicho que lo hiciera.

— No sabes cuánto te extrañé— empieza a besar al bebé, de repente sentí una sensación de celos.

— ¿Así vienes a aparecer? Dejas al niño solo abandono y después te vienes a hacer la mamita linda— le reclamo.

— Richard, yo voy a hacer lo que se para que te encariñes con él y sé que estuvo mal que lo haya dejado allá fuera sólo pero tenía que buscar un lugar en donde vivir, no podemos estar en la calle Richard.

— Mira Valeria, perdón por lo de ayer, ¿sí? Por mí no hay problema en que Noah se quede en mi casa.

— ¿Lo haces por Noah, no? Me alegra que te hayas encariñado con él pero no puedo volver ahí, lo siento.

— Quédense ahí, por favor Valeria— trato de convencerla, no quería alejarme de Noah, ya sentía que era parte de mí.

— Me encantaría Richard, pero yo conseguiré un lugar para estar con Noah— carga al niño y todas sus pertenencias.

— Voy con ustedes— intento quitarle al niño pero ella solo me pasa sus pertenencias.

— ¿Vas a venir así en bóxer?- no me acordaba que aún no me había vestido. Voy corriendo a ponerme un jean y una franela.

— ¡Estoy listo!— sonrío como un tortolito.

Llegamos a mí apartamento. Valeria se siente timida, de igual forma se instala nueva vez. Me deja a Noah para que lo vaya cuidando.

— ¿Sabías que no me dejó dormir toda la noche?— le digo a Valeria refiriéndome a Noah.

— ¿Cómo hiciste para que se durmiera?— se ríe.

— Le puse Cometa— reí.

— Con esa canción es que se duerme toda la noche—  me dice y me quedo sorprendido—. Su parte favorita es cuando cantas, como si ya te conociera.

— No sabía eso de Noah.

Fui a la habitación a darle el biberón y a jugar un poco con él. De repente el niño se puso colorado.

Me levanté de la cama con Noah en los brazos, estaba sudando e intentaba que el pequeño no se me cayera de los brazos por el nerviosismo.

— ¡Valeria!— exclamé cuando entraba a la sala—. No sé qué le pasa, se ha estado moviendo raro y respira de una forma muy extraña, ¡no sabía que hacer!

Es ese el momento en que una madre se vuelve loca, pero lo primero que hizo fue ver a Noah que actuaba de forma normal y la miraba deseando que lo cargara. Sí, su pecho se agitaba, pero ella tenía cara de que aquello era nada fuera de lo común.

— Richard.

— ¿Sí?

-Solo tiene hipo— dijo quitándome a niño que de inmediato rescotó su cabecita sobre el hombro de su madre.

La cara que puse al saber esto seguro la estaba matando de la risa.

Una Fan Más |Richard Camacho| Where stories live. Discover now