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— ¡Eres una mentirosa!— me levanto furioso del sofá—. ¿Cómo vas a jugar con algo así? ¡Me tienes cansado! Primero dices que tienes un hijo mío y ahora que te llamas Valeria, ¿te estás divirtiendo conmigo, no?

— ¡Richard, no sé cuales pruebas necesitas para que creas que estuviste conmigo!— me grita.

— Que eres una mentirosa y odio a los mentirosos. Perdona con lo que te voy a decir, pero quiero que te vayas aquí y no me importa el bebé— dije lo primero que se me vino a la cabeza.

— Es tu hijo— se echa al suelo al llorar—. Odio mi vida de mierda, desde que te conocí esa noche mi vida se ha convertido en un delirio, no dejó de sufrir, no dejo de llorar. Ahora me he convertido en una basura para mis padres y todo por ti, por no saber a donde estabas y decirte que íbamos a esperar a un bebé, pero tuve que resistir yo sola, pero ya estoy harta. Pensaba que este iba a ser un nuevo comienzo en mi vida y que ibas a reconocer al bebé como tu hijo, pero le equivoqué, así como me equivoqué en tener sexo contigo aquella noche— todo el dolor de su mirada lo había sacado aquí conmigo, ahora me siento un estúpido por haber hecho sufrir a alguien tan vulnerable como ella.

— Oye, de veras lo siento— me acerco para consolarla.

— Largarte Richard— impide que me acerque a ella—. Necesito estar sola y tranquila para poder recoger mis cosas en paz; te haré llegar la llave después.

— Lo siento, si quieres quédate, no me hagas mucho caso— trato de convencerla pero sentía que ya era una molestia en su vida.

Salgo de allí, por primera vez en mi vida me sentí una basura, sentía que le había arruinada la vida a alguien más. No conocía a esa chica, no sabía si creerle o no, pero desde que me dijo que se llama Valeria no me saco ésta angustia que me está matando.

Desde que se me pasó la borrachera al otro día, no he dejado de nombrar a una tal Valeria, no recuerdo con exactitud su rostro, por eso no estoy seguro de que esta chica lo sea.

Ahora si siento un inmenso deseo de conocer a ese bebé, darme cuenta si es mi hijo, si hay una conexión entre nosotros, conocerla a ella y conocer y cuidar su estado melancólico y su vulnerabilidad incontrolable. Se nota que ha sufrido mucho, no quiero darle más sufrimiento, esperaré que se le pase el enojo y hablaré con ella.

Llegué al hotel, no tenía el deseo de nada. Teníamos que prepararnos para una entrevista y no tenía ganas de asistir.

Tomamos asiento, la conductora nos hacía más y más preguntas pero mi mente estaba en blanco, creo que ni sabía en donde estaba.

Una vez terminada la entrevista, salí corriendo de allí, nisiquiera le avisé los chicos a donde iba, tenía una sensación extraña desde la mañana, juro que después que esta chica Valeria ha llegado a mi vida, esta no volverá a ser la misma.

Llego al apartamento, un tercer piso. Toco la puerta y el timbre y nadie responde, por lo que supuse que ya se había ido. Bajo el ascensor y me encuentro con una señora que limpiaba el jardín.

— ¡Buenas noches señora!— la saludo y ella solo me mira sin decir una sola palabra—. Perdone que la moleste, pero ¿no ha visto a una chica salir del tercer piso con maletas?

— ¿Tenía un bebé?— sentí como si me hubiesen dado una puñalada en el corazón—. ¿Tenía un bebé, sí o no?

— Sí, sí, tenía un bebé— respondo rápidamente.

— Salió en la tarde, dijo que no volvería mas.

Seguí caminando hasta el hotel, ella ya se ha un ido y no tuve la oportunidad de conocer al bebé, de conocerla más a ella.

Llego al hotel, me dirijo a la suit que alquilé. En la puerta había una cesta y unos bultos para bebés. Encima de la cesta había una cita:

“Este es tu hijo, diga lo que digas. Voy a tomar un momento para meditar y necesito que te hagas cargo de Noah, cuídalo”

Valeria M.

Dentro de un sobre había una lista de los horarios que al bebé le toca comer.

Tomo la cesta, quita la manta que llevaba encima. Ahí estaba el bebé, durmiendo. Senti una emoción al verlo, tenía un parecido increíble a su madre. Ahora me toca cuidar a este bebé, el bebé de una fan.

Una Fan Más |Richard Camacho| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora