Capitulo 12

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—¿Qué? —jadeó Zoey, sintiendo cómo un escalofrío la recorría de los pies a la cabeza—. ¿Mi hermano? No, no puede tener a Mateo, ¿o sí?

Zack arrugó el papel, furioso, y negó rápido con la cabeza

—Es una trampa. Jude sabe que funcionó con Jessica.

Sin saber qué hacer, Zoey agarró el celular de su mesita de luz.

—Llamaré a mamá casa y se exasperó cuando nadie contestó. Buscó el celular de su madre y nada. Ocupado, ocupado, ocupado. Luego a su papá y el resultado fue el mismo—. ¿Por qué no contestan?

—No te pongas nerviosa —murmuró él—. Yo iré a chequear. Estoy seguro de que tu hermano no está allí, Zo.

Jessica regresó con la comida en una bandeja apenas un minuto después, leyó sus caras llenas de pánico y estuvo a punto de soltarla.

—¿Qué pasa? —murmuró, poniéndose pálida.

—Están chantajeando a Zo con el posible secuestro de su hermano —explicó Zack, mientras volvía a abrir la ventana—. Yo iré a chequear. No se muevan de aquí. Eso va en especial para ti, Zoey, —Él la miró de lleno—, no salgas del colegio por nada del mundo.

Tratando de recuperarse, Jessica dejó la bandeja sobre la cama.

—Yo me encargo de ella —dijo, temblando.

Zoey tomó aire y asintió, al comprender que él esperaba por su respuesta. Tenía razón en eso; ella tenía que calmarse y esperar antes de lanzarse al bosque. Se dejó caer en la cama y trató de respirar acompasadamente. Jessica fue y vino de un lado al otro del cuarto y, así de nerviosa como estaba, terminó por ordenar más de la mitad de las cosas que estaban tiradas en el suelo.

—Estoy segura de que no tiene a tu hermano —murmuró cuando empujaba un bollo de ropa dentro del ropero—. Es una trampa.

—¡Y no vas a caer en ella! ¿Cree que eres estúpida?

—Cree que haré cualquier cosa por el bodoque ese.

Jess arqueó una ceja, mientras sus manos apretaban la ropa.

—Bodoque, como en La Era del Hielo.

—Es un bodoque. Un bebé bobo —resumió Zoey.

—Pero es tu hermano.

—Claro que es mi hermano.

—¿Y lo irías a buscar?

Zoey hizo ¡Por favor! No era que odiaba al niño; lo que no soportaba era toda la fiesta que había alrededor del tonto bodoque. Genial, de verdad era un buen apodo.

—Claro que lo iría a buscar —terció—. Es un tonto bebé, pero sigue siendo mi hermano. Y a mi mamá le daría un ataque de histeria si algo le pasara. Lo que en realidad es difícil porque ella ya es histérica, lo sabes.

Jessica cerró las puertas del armario y se asomó a la ventana.

—¿Crees que Zack tarde mucho?

Zoey no contestó y continuó con la mirada en el techo. Lo cierto es que tardó más de la cuenta. Durante al menos veinte minutos llenos de tortura mental, él estuvo afuera. Jessica se la pasó rondando como un aguilucho que busca una presa mientras su amiga intentaba volver a llamar a sus padres. No hubo caso.

—Bueno... —dijo, buscando el teléfono de su tía—. En casos extremos hay que hacer cosas extremas.

Escuchó los tonos pasar mientras esperaba que su tía contestara. Cuando ella lo hizo, se mostró sorprendida de que su sobrina marcara.

El Alma [El dije #2] en FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora