Capitulo 29

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Las teorías daban vueltas en la cabeza de Zoey y, después de otro examen final, se preguntó si en realidad no necesitaba tomar un descanso completo. Se dejó caer en la cama, negándose a buscar más información internet o a escuchar sobre traducciones.

Jessica estaba cansada también, por lo que apagaron las luces temprano y se acurrucaron en sus camas. Zackary se abrazó a su novia y le besó la frente antes de que cerrara los ojos.

Apenas la oscuridad la alcanzó, Zoey tuvo lo que ella deseaba. Las voces bailaban en las sombras y el tipo que siempre sonaba malvado y arrogante comenzaba con su discurso.

—¿Sabes qué es lo más irónico? Que tú nunca vas a poder huir por ti mismo, nadie va a prestarte atención, nadie va a querer hacerte caso. ¡Eres una cosa! Estás condenado a vagar por el mundo entre imbéciles mortales que están dispuestos a derramar sangre por tu poder.

Durante un momento, Zoey estuvo a punto de dejar caer la mandíbula. Empezaba a entender lo que ocurría, el hombre le hablaba al dije.

—¿Sabes qué será lo más irónico? —contestó alguien más—. Que tú siempre creerás que puedes llegar a mí. Eres sombras, eres oscuridad, no eres mortal como para llevar mi poder. ¡Nadie es digno de mi fuerza, nadie lo será como él lo fue!

Zoey pudo reconocer por fin a ambos. El primero era el que siempre parloteaba sobre el poder. El segundo, era el mismo dije. Todo eso cobró una nueva dimensión y pensó con más fuerza en la Ciudad de los Césares y en la teoría que había ideado el día anterior.

«¿Podía ser cierto, entonces?», se preguntó.

—Él está muerto —gruñó el primero, el de los ojos violeta que cada tanto veía en las sombras.

—Lo está, pero no por siempre.

—¡Toda su descendencia murió con él! ¿De qué crees que hablas? ¡Tu esperanza es patética! No se puede dejar esto en manos mortales.

—Tu mente está tan retenida dentro de sus propios límites, Peat —contestó el dije, con pesar y burla al mismo tiempo—. Tienes razón en decir que los mortales son banales e inútiles, pero por algo Padre ha creado a alguien digno de él. Tu ira radica en que ese alguien no fuiste tú.

-

Zoey abrió los ojos de golpe. El despertador estaba en el suelo; ella o Jessica lo habían arrojado. Zack se removió a su lado y la empujó de nuevo contra la almohada.

—No creo que pase nada si hoy no vas a las primeras clases—susurró él.

Zoey asintió con prisa, bastante distraída, dándose cuenta de que estaba sudando.

—Tengo algo que decirte —jadeó.

—¿Otro sueño?

—Sí, dijeron cosas, nombres, ¡el dije hablaba!

—Sh, Zo. —Zack la frenó nuevamente—. Intenta volver a dormir, podremos hablarlo cuando despiertes de nuevo, ¿sí? Anoche estabas terriblemente cansada.

—Lo sé, pero no quiero olvidarme de nada. —Logró sentarse en la cama y enfocar la mirada en el rostro ceniciento del muchacho a su lado—. ¡Peat! El tipo que habla, el loco de la oscuridad, se llama Peat y quiere el dije. O lo quería hace mucho tiempo, ¡y escuché la voz del dije! Ambos hablaban como si estuvieran frente a frente. No como yo puedo llegar a comunicarme con él, ¿entiendes? Sino hablar, como tú y yo. ¡Y dijeron que ninguno era mortal!, que el dije solo puede ser llevado por un mortal.

Él asintió despacio.

—Okey, tiene sentido. Quizá por eso ambos hablan frente a frente, porque no son mortales.

El Alma [El dije #2] en FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora