46 km

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Recta final: Últimos 3 capítulos

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El cuerpo de Justin estaba tenso, tanto que tenía dificultad para moverse. Aún así, esforzaba sus músculos para caminar por la habitación de Lila. Detectó una fotografía de la misma junto a su abuelo, Gray Jones, quien era considerado el mejor piloto de carreras del Estado. Tomó el marco entre sus manos y observó la imagen, inhalando profundamente.

—Tenía diecisiete años y era un niño estúpido...— Comenzó a decir, su voz temblando ligeramente.

Jamás había hablado de ese tema con nadie, ni siquiera con los múltiples terapeutas que frecuentaba años atrás por demanda de sus padres. Simplemente lo guardaba en su interior, como un suplicio de semilla plantada en su pecho que daba frutos amargos. En ese momento, su garganta se cerró, como si su propia anatomía se negara a decir una sola palabra de aquella noche. Traer ese recuerdo lo devolvería a la vida, y los sentimientos tormentosos vendrían con él.

No había notado que Lila se acercó a su lado hasta que posó una mano en su espalda. El piloto quitó la vista de la fotografía y la fijó en la joven.

—Entiendo que dejarlo salir es un paso difícil, pero es el más valioso. Una vez fuera, podrás afrontarlo desde otra perspectiva— Lo animó la enfermera, viendo la lucha interna en los ojos color ámbar del muchacho.

Justin no creía en las palabras de su compañera. No imaginaba que algo fuera a cambiar para él, mas pretendía que la perspectiva pudiera cambiar para Lila. Sabía que, después de semejante confesión, corría el riesgo de ser rechazado por ella. Sin embargo, esperaba que eso la ayudara a entender... A entenderlo.

—Suma un pueblo pequeño más mucho dinero, y no tendrás buenos resultados...— Continuó, dejando el portarretratos en la repisa nuevamente y girando su cuerpo para enfrentar a la chica. —Las personas se acercan a ti con sus mejores sonrisas y nunca sabes qué intenciones esconden debajo de éstas. Si agregamos a la ecuación que yo era un excelente piloto de circuitos profesionales, había llegado a correr en el DIS de forma que el IndyCar estaba interesado en reclutarme para sus filas... Entonces todos en la secundaria de Mahogany amaban a Justin Bieber— Soltó la última frase con un tono áspero.

>> —No me importaba en absoluto que sólo estuvieran interesados en mí por quien era y por lo que tenía. Yo no gozaba de tiempo para socializar fuera de la escuela debido a las arduas prácticas de los circuitos, así que sólo agradecía que no me hicieran a un lado, sin importarme sus motivos— Hizo una pequeña pausa, pasando saliva por su seca garganta. —Salí con esos tres idiotas esa noche. Nos internamos en los bosques. Creí que íbamos a pasar un buen rato hasta que empezaron a drogarse. Yo... Era un joven idiota y creía que eso no era tan terrible así que... también lo hice— Desvió su mirada al suelo, evitando el contacto visual con Lila.

El silencio cayó en la habitación. Lila tenía la certeza de que al punto tortuoso de la historia estaba cerca, sin embargo Justin no parecía dispuesto a continuar hablando.

—El mayor problema de los jóvenes es creer que la autodestrucción es divertida— Ilustró ella. —Todos ellos lo hacen. Algunos de cierta forma y otros de otra, más o menos dañinas, pero todos se lastiman a sí mismos creyendo que eso es genial. No dejes que te mortifique tu juventud.

—No puedo...— Musitó Justin. —No creo que pueda seguir, Lil. Lo siento.

—¿Sabes qué pensamientos golpearon mi mente hoy?— Enunció la muchacha. —Cuando vi el sol nacer en el horizonte esta mañana y cuando desperté para encontrar el firmamento lleno de estrellas... Lo que pensé fue: "Brownie ya no está ¿Por qué el mundo continúa girando?" No me parecía justo que el cielo no sintiera esta pena... Pero luego me di cuenta que el tiempo no se detendrá por nosotros. La vida no se detendrá por nosotros. Así que, Justin, mírame...— Acunó el rostro del piloto entre sus manos y levantó su cabeza. —Tenemos que juntar el valor de donde sea y seguir adelante. Continuar moviéndonos como lo hace la tierra... Jus, por favor, sigue adelante conmigo— Susurró la petición.

ClandestinosWhere stories live. Discover now