6 km

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En cuanto Green abrió la puerta de su casa, Lila se adelantó a entrar, dando pasos apresurados y denotando enojo en su seria expresión.

—¡No puedo creer que me hayas apostado! — Volvió a exclamar.

Su hermano también ingresó de inmediato. La furia era evidente en su entera postura. Ignoró a Kim, quien trataba de infundir tranquilidad en él, y se dirigió a su habitación, dando un portazo en cuanto estuvo adentro.

—Green siempre pierde la razón con Bieber, pero esta cruzó la raya, en serio — Comentó Kim, indignada. Suspiró y suavizó su tono —Pero no seas tan dura con él, Lila. Realmente creyó que ganaría — Sugirió.

—¿Qué le hizo pensar eso? — Espetó la otra. —¡Si siempre pierde contra Justin Bieber! ¿Cómo pudo aceptar que yo fuera el premio? — Su garganta dolía por las ganas de llorar. Se sentía humillada.

—Él siempre cree que ganará... De todas formas, no te preocupes. Cuando apuestan chicas... — Kim ignoró la mueca indignada que Lila había dibujado ante esa frase. —... ellas sólo deben pasar una carrera con el ganador. Es sólo una noche en la que tienes que estar en el bando de Bieber. Por supuesto, ellos siempre consiguen más, pero tú no estás obligada a eso. Sin embargo, sí debes cumplir con el acuerdo de la Cuarta.

—¿De la Cuarta? — Inquirió Lila, confundida.

—Términos de carrera en Mahogany. Es una referencia a la caja de velocidades. Primera, Segunda, Tercera, son los arrancones habituales. La Cuarta es lo que ellos hicieron hoy. Apostaron intereses personales en una corrida. Y, por palabra, no puedes echarte para atrás en un acuerdo, te destrozaría la reputación.

—Yo no acordé nada. A mí simplemente me arrojaron sobre la mesa sin preguntarme — Se indignó la joven.

—Las mujeres no tenemos poder alguno en ese lugar. Principalmente porque creen que eres una zorra de Green, tampoco te toman en serio.

—¡Y no entiendo porqué no gana! — Lila aprovechó para desquitar sus dudas. —Vi que Justin Bieber tiene talento y elegancia para correr... — Se detuvo un segundo, recordando la forma en que el Porsche de Justin se movía en la pista ilegal. Había requerido su mayor esfuerzo no delatar su satisfacción mientras lo admiraba. —...pero ¡Green es mejor que él! — Retomó el habla. —Con su entrega y su pasión, es excelente. No rinde su verdadero potencial cuando corre junto a Bieber. Es como si lo dejara ganar a propósito.

—Mira, no le digas esto a tu hermano porque, literalmente, va a ahorcarme — Dijo Kim, atenuando el volumen de su voz mientras lo hacía. —Creo que en el fondo, se siente intimidado por Justin.

—¿Intimidado? — Repitió Lila, incrédula.

—Hay algo que Justin tiene y Green no: seguridad. Puedes ser el más pequeño de todos, pero si tienes confianza en ti mismo, vas a derribar a cualquier gigante. Eso es lo que creo que pasa con ellos.

A pesar de haber descansado hasta entrada la tarde, el enojo de Lila no se esfumó al despertarse horas más tarde. Cuando se levantó y se dirigió a la cocina, se irritó al ver a su hermano allí. No se sentía dispuesta a hablar sin estallar en gritos.

Kim se había quedado a dormir también, y ya se encontraba sentada a la mesa junto a Green.

—Pequeña, lo siento — Murmuró éste, cuando ella se sentó frente a él sosteniendo una taza de humeante café.

Lila exhaló aire prolongadamente, tratando de aplacar el orgullo que burbujeaba en su pecho.

—Te perdono, pero te pido desde mi corazón que no vuelvas a involucrarme en tus asuntos — Masculló en respuesta.

—Estoy muy arrepentido de verdad. Esto está pasando por mi estúpido error — Él sonó afligido.

—No te atormentes, mi amor — Lo arrulló Kim, más la diversión brillaba en sus ojos. —Ella sólo pasará con él un par de horas, lo que dure la carrera. A menos que Lila acceda a pasar más tiempo a solas después...

—¡Cierra la puta boca, Kimberly! — Bramó el chico, mirando a su acompañante con la rabia plasmada en su rostro.

Lila se alarmó. Dio un imperceptible saltó en su propia silla asustada por la reacción de Green, pero Kim parecía todavía alegre. La pareja parecía ser explosiva.

—¡Ya, mi cielo! Sabes que Bieber sólo quiere molestarte. Falta una semana para que reclame su premio, tal vez hasta se olvide entonces — Esta vez su novia habló en serio.

—¿Trabajas esta noche? — Green se dirigió a su hermana.

—Sí. Mi próxima noche libre es la del domingo — Contestó ella.

—Podemos ir a ver mi cochera ese día. Vas a amar mi colección de auto. También podemos pasear por la ciudad, hay muchos lugares aquí que aún no conoces y definitivamente debes hacerlo — Ofreció el muchacho.

Lila podía apreciar en sus ojos cuan perturbado estaba por lo que había hecho. Intentaba enmendar su error de alguna forma, y por más molesta que se sintiera, no podía ser fría con él frente a la súplica en sus palabras y semblante.

Aunque volvía a hervir su sangre si pensaba en el miércoles que se aproximaba, el cual tenía que ser exhibida como un trofeo de Justin Bieber.


-TatianaRomina

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