Little Things » Niall Horan

XXVI. You're Perfect To Me

Nota de la autora: hello everybody <3 aquí un nuevo capítulo de Little Things :) uy cada vez falta menos! En fin, espero que les guste, sé que no está tan largo pero bueh, así salió nada más. Un besote, disfrútenlo. Espero sus votos y comentarios xx.

***

Punto de vista de Niall

Esa tarde, regresé a mi última noche en el hotel. Afortunadamente, a la mañana siguiente ya podría mudarme "oficialmente" a mi nuevo departamento en la ciudad. Mientras tanto, me torturaba pensando cómo diablos era que podría hacer que Alyssa entrar en razón, y cómo la ayudaría siendo que ella no me lo quería permitir. Pensaba y pensaba, mas nada se me ocurría. Definitivamente, eso no era todo lo que podía hacer, debía tener más alternativas que fuesen eficaces.

En eso estaba, hasta que recibí un mensaje de Harry, quien me preguntaba qué tal iba todo. Joder, esta vez si que no tenía ganas de hablar, y menos de escribir, pero vaya que lo necesitaba. Por lo que, por el bien de mi salud mental, cogí el iPhone y marqué el número de mi amigo.

-Pésimo, creo que todo va de mal en peor -dije respondiéndole directamente a la pregunta del mensaje en cuanto contestó mi llamada. Ni siquiera me molesté en saludar, no tenía ánimos para ser completamente cordial.

-¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Qué te dijo? -me preguntó de inmediato.

-Básicamente, aceptó todo; que no comía; que vomitaba... Y que se siente gorda -respondí, desganado, evitando entrar en los detalles de nuestra tan armónica conversación, ahorrándome especialmente narrar el momento en que me culpaba a mí por sus hábitos alimenticios-. Que idiotez, ¿No? Se siente gorda. ¡Está esquelética y, a pesar de eso, se siente gorda! ¿Cómo demonios es posible que pasen esas cosas?, ¿Qué acaso no se ve en el espejo?

-No se dan cuenta, Niall... Recuerdo cuando Gemma andaba con esa porquería de no comer, lo bueno es que para ella todo fue más fácil, por lo que me has dicho, esta chica nada más te tiene a ti.

Harry tenía razón. Alyssa estaba sola, absolutamente sola. Lejos de la supervisión de sus padres y sin verdaderos amigos con los que contar. Lo cual tan solo conseguía entregarme una carga aún más pesada sobre mis hombros.

-Esto está mal, Harry... Muy mal. No sé qué mierda puedo hacer por ella... -le dije finalmente.

Ambos guardamos silencio durante unos segundos, perdidos cada uno en nuestros respectivos pensamientos.

-¿Te ama? -la abrupta incógnita de Harry me pilló volando bajo. Fruncí el ceño. ¿Qué carajo tenía que ver el hecho de que si me amaba o no en todo esto? Por mucho que lo hiciera, eso no conseguiría hacerle recuperar el peso que le correspondía.

-¿Qué?

-Te pregunte que si acaso te ama, idiota -volvió a decir, insistiendo con su tan extraña pregunta.

-Sí... Es decir, creo que sí. No se cómo, pero creo que sí -solté, sonando más inseguro de lo que habría esperado. Después de todo, aún no podía entender cómo después de todo era que ella podía amarme, siendo que a final de cuentas, prácticamente había sido yo quien la había terminado empujando al abismo en que su vida se había convertido.

-De ser así, lo que te queda por hacer es recurrir a lo más básico: chantaje.

-¿Chantaje? -repetí, sin comprender del todo la idea que se traía entre manos.

-Tienes que hacerla elegir entre su preciada abstinencia a la comida y tú -me explicó.

Y mierda, lo que Harry decía sonaba tan frío y, en cierto sentido, cruel. Sin embargo, estaba tan desesperado que si ese era el único método para lograr llegar a ella, pensaba utilizarlo de todas maneras. Era mi última esperanza, ya no perdía nada intentándolo.