VII. I'm Fine

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–Muchas gracias por acompañarme, de verdad que no era necesario –le dije una vez que habíamos llegado a las afueras de mi edificio. Nialler había insistido incansablemente en acompañarme a casa cuando descubrió que tenía que coger un taxi que me llevara desde Manhattan hasta Brooklyn. Y por más que me hubiese negado a ello incontables veces, terminé accediendo, sabiendo que era una causa perdida. No obstante, tal y como le había dicho, no había sido necesario que se tomara una molestia como esa. Muy por el contrario, en realidad me hubiese agradado haber contado con un tiempo a solas antes de llegar a mi departamento y tener que ver a Bradley. Había sido un día relativamente intenso, con desmayos incluidos, por lo que solo quería estar sola y descansar, anhelaba poder darme a mi misma una pausa.

–Claro que era necesario, no iba a dejar a esta damisela marcharse así nada más –replicó él, robándome una de las tantas sonrisas que ya había esbozado durante esa tarde por su culpa.

Guardé silencio, había llegado el momento de la despedida. ¿Qué se suponía que hiciera entonces? Ah claro, o lo invitaba a pasar, o lo mandaba sutilmente de vuelta a su hotel.

–Te invitaría a pasar pero... –empecé mintiendo y dejando la frase en el aire. Si no quería invitarlo a pasar era básicamente porque no sabía con qué sorpresa podríamos tropezarnos una vez que entráramos. Por lo tanto, solo me quedaba pensar cuál sería mi excusa y cómo se suponía que completara el resto de la oración. Tal vez debería haber dicho algo así como:"...pero mi novio es un traficante de drogas, así que probablemente esté con alguno de sus clientes, o quizás esté muy ocupado drogándose." Técnicamente, eso habría sido lo más honesto y, a su vez, humillante–. La cosa es que está hecho un desastre adentro y... –afortunadamente, no tuve tiempo para continuar hablando, ya que el rubio me había interrumpido antes de poder soltar otra palabra más.

–Hey, no te preocupes, no es necesario, Aly –me sonrió, ahorrándome las explicaciones–. Será para la próxima –agregó, y no pude evitar dedicarle una mirada, extrañada–. Quiero decir, solo si tú quieres que haya una próxima vez, por supuesto –añadió rápidamente, corrigiéndose, y hasta pude jurar haberlo visto sonrojarse durante una milésima de segundo.

–Eh... –me había pillado totalmente desprevenida. Es decir, habíamos salido tan solo una vez y básicamente para ponernos al tanto con la vida del otro, por lo que imaginaba que hasta ahí llegaría todo esto del reencuentro–. No sé, Horan... –solté finalmente, dejando a flor de piel toda la confusión que me generaba ese asunto, la infinidad de sentimientos encontrados que tenía hacia él–. No sé si es bueno para mí volver a ver mis fantasmas del pasado... –confesé. Las palabras habían escapado de mis labios con una facilidad inimaginable.

–Un momento... –dijo él, cogiendo una de mis manos. Este chico no dejaba de asombrarme hacía cinco segundos había conseguido avergonzarlo, y de inmediato volvía a tomar el mando con sus atrevimientos–. Yo no quiero seguir siendo un fantasma de tu pasado, Alyssa –advirtió, frunciendo el ceño. Supe entonces que estaba hablando en serio, no había humor en su voz, no habían dejes de bromas. Pude incluso palpar el significado auténtico de sus palabras–, así que no aceptaré un "no" como respuesta –esta vez, cuando acabó de hablar, una sonrisa repleta de seguridades y convicciones invadió su rostro, una sonrisa que poseía todas esas características que yo jamás había tenido.

Durante ese momento deseé ser capaz de morderme la lengua, pues no podía creer lo que iba a decir y que sabiendo que no era una buena idea accedería a sus intenciones.

–Está bien... –suspiré desganada, cediendo. Podía sonar cansada de sus obstinaciones, pero debía admitir que en mi interior había una muy oculta ansiedad–. Llámame –fue lo único que dije antes de alejarme de él para entrar al antiguo edificio, dejando a un victorioso irlandés en la entrada de este celebrando otra batalla ganada contra las paredes de mi orgullo.













Little Things » Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora