Yoongi es una persona normal, más normal de lo normal, su vida es tan aburrida que su cuerpo ya reacciona de manera monótona.
Taehyung es un chico agradable y muy simpatico, amigo de sus amigos y diríamos que es bonito de ver.
O es creen.
Puede qu...
[ Yoongi] Todos con día libre y yo aquí, trabajando como un esclavo. En verdad no, mi trabajo me encanta me pagan bien pero mi cama me da más felicidad. Vi aparecer a Jungkook por la puerta de la tienda. Al menos hoy no iba a estar solo. - ¡Jungggkoookieee hacía muchos días que no te veía!- fui en donde estaba y le ayudé a ponerse el delantal de putita, digo de trabajadores que nos teníamos que poner.
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Yo me veo así todos los jodidos días, os lo juro.
- Estaba malo hyung, tenía 40 de fiebre, pero ya me encuentro mejor.- me regaló una sonrisa, pero no se le veía bien... parecía algo preocupado por algo. - ¿Te pasa algo jungkook?- le pregunté poniendo mi mano sobre su hombro, pero mi intento de calmarle se convirtió en un mini susto para su corazón. - Hyung, yo...- Le miré fijamente a los ojos, quiero que confíe en mí, tampoco soy tan mal amigo ¿no? - Dime jungkook.- - No nada, comencemos el turno ya.- y sin más cogió sus cosas las puso en la taquilla y salió del cuartito casi que volando.
- Min Yoongi, ya hay gente, dirígete al mostrador.- el encargado me llamó la atención, se ve que no se puede ni desconectar ni un momento. - Voooooooy.- me dirigí al mostrador pero lo que no sabía es que la persona a la que tenía que atender me iba a hacer tan feliz.
- Taehyung... digo que desea señor.- no podía retener mi sonrisa, me había puesto como una colegiala pero ya me daba igual todo. - Mmmm un Chococoffee, un donut de fresa y un beso.- ¿por qué tiene que ser tan irresistible ante mis ojos? - Lo siento, lo último no está disponible en estos momentos.- le dije mirándole a los ojos, y regalándole una sonrisa. - Pero creo que podrías hacer una excepción...- este niño... - Serán 3,15 porfavor.- Me dió el dinero y cuando nuestros dedos se rozaron no pude no sentir unas ganas terribles de tirarme encima de él y matarle a besos.
No es que seamos pareja ni nada, ni tampoco me he declarado ni el tampoco pero... es algo extraño, muy extraño.
- Le llevaré el pedido a su mesa.- y con cara de triunfador se fue a su mesa, no sin antes llevarse toda la atención de todas las mojabragas que estaban en la cafetería.
Le preparé yo mismo su café pero cuando iba a llevárselo me encontré con algo que hizo que mi sangre comenzara a hervir.
Un montón de chicas se le habían acercado y le estaban acosando, pero el no se le veía molesto ni nada, al revés estaba disfrutando de la conversación que tenía con una de ellas.
- Su pedido señor.- me hice un hueco entre ellas y le tiré la bandeja encima de la mesa haciendo que algunas gotas del café cayeran en el plato. - Gracias.- me dijo giñandome el ojo. Una de las chicas se le había acercado demasiado, hasta el punto de casi caer encima de él. Cuidado que no se le caiga la baba encima de él. - Veo que el zoo ha dejado libre a los animales.- Todos me miraron, incluido él que no pudo retener más su risa. Mierda, lo dije en voz alta.
